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Aprender y enseñar ciencias: del laboratorio al aula y viceversa

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Existen experiencias que basan los contenidos de los cursos de ciencia en los intereses de<br />

los <strong>al</strong>umnos, pero está claro que no resultan exentos de complicaciones, la primera de las<br />

cu<strong>al</strong>es es que los <strong>al</strong>umnos muchas veces no tienen las herramientas para identificar los<br />

problemas científicos y las metodologías apropiadas. En este sentido, se ha propuesto la<br />

guía por parte de mentores, que incluyen a los docentes y también a estudiantes de otros<br />

niveles educativos que hayan pasado por este tipo de experiencia. Otro problema con<br />

esta mirada es que una función clave de la escuela es abrir horizontes, mostrarles a los<br />

chicos cosas desconocidas; si bien los intereses previos de los <strong>al</strong>umnos son fundament<strong>al</strong>es,<br />

si la enseñanza de la ciencia se basa únicamente en esto estaremos dándoles pocas<br />

oportunidades de expandir su universo. El establecimiento de grupos de investigación<br />

<strong>al</strong>rededor de un tema específico derivado de los intereses de los estudiantes también<br />

ha resultado una experiencia no solo innovadora sino también exitosa de acuerdo con<br />

<strong>al</strong>gunos reportes, en particular en el nivel universitario (como el citado de Denofrio et <strong>al</strong>.,<br />

2007). Las visitas a lugares de investigación y desarrollo, en tanto planificadas con anterioridad<br />

por el docente, cumplen también con el rol de fomentar el interés de los <strong>al</strong>umnos<br />

por las actividades científicas en su contexto re<strong>al</strong>. En estos enfoques, el princip<strong>al</strong> recurso<br />

t<strong>al</strong> vez sea el tiempo necesario como para que el recorrido científico sea el adecuado, y<br />

el cambio cultur<strong>al</strong> involucrado.<br />

<strong>Aprender</strong> a aprender <strong>ciencias</strong><br />

Otro divorcio que atenta contra una buena educación en <strong>ciencias</strong> es el que existe entre<br />

los docentes <strong>del</strong> área y los investigadores acerca de los procesos de aprendizaje, en<br />

particular los relacionados con el conocimiento científico-tecnológico. Es cierto que esta<br />

distancia es muchas veces acentuada por la especificidad de estas investigaciones, que<br />

conlleva un uso (y abuso) de tecnicismos, mo<strong>del</strong>os complicados y otras barreras que<br />

hacen infranqueable el camino entre la teoría y el <strong>aula</strong> de todos los días. Sin embargo,<br />

vendría bien tender puentes entre los que enseñan, los que aprenden y los que investigan<br />

cómo se aprende lo que se enseña. 19<br />

Algunos de los resultados de estas investigaciones afirman que muchas prácticas institucion<strong>al</strong>es<br />

tradicion<strong>al</strong>es, como las clases magistr<strong>al</strong>es, o incluso <strong>al</strong>gunas prácticas de labora-<br />

32<br />

II No sé lo que quiero, pero lo quiero ya<br />

19 Bransford, J. D., Brown, A. L. y Cocking, R. R. How People Learn: Brain, Mind, Experience, and School. Expanded<br />

Edition. Washington, DC, Nation<strong>al</strong> Academy Press, 2000. Se consigue en http://nap.edu/

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