Aprender y enseñar ciencias: del laboratorio al aula y viceversa
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una serie de t<strong>al</strong>es números tiene con objetos re<strong>al</strong>es –y que sienta las bases de las<br />
teorías de grafos.<br />
Está claro que el proceso de abstracción está en la base <strong>del</strong> pensamiento científico: imaginar<br />
tanto lo que no se puede ver (como los átomos) 45 como aquello que requiere una<br />
interpretación abstracta de los resultados concretos que un experimento arroje. En este<br />
sentido, el <strong>aula</strong> de ciencia debe fomentar la construcción permanente de mo<strong>del</strong>os, ment<strong>al</strong>es,<br />
imaginarios, concretos, de cartón y de <strong>al</strong>ambre, como una correspondencia entre<br />
los datos y la re<strong>al</strong>idad. El asunto es que, si bien los datos que arroje un experimento son<br />
únicos y univers<strong>al</strong>es, los mo<strong>del</strong>os que podemos construir sobre ellos son dispares e individu<strong>al</strong>es<br />
(o <strong>al</strong> menos sectarios).<br />
Esa misma abstracción –o t<strong>al</strong> vez otro orden de este proceso– se requiere para que los<br />
científicos se pongan de acuerdo sobre <strong>al</strong>gún fenómeno objetivo. K. C. Cole cita una<br />
anécdota ilustrativa <strong>al</strong> respecto: 46<br />
En su edición <strong>del</strong> 4 de julio de 1984 el New York Times anunció que los físicos<br />
habían encontrado fin<strong>al</strong>mente el sexto quark, último miembo de esa misteriosa<br />
familia de partículas element<strong>al</strong>es que revolotean en el núcleo atómico. Casu<strong>al</strong>mente<br />
un amigo físico de C<strong>al</strong>ifornia estaba de visita ese día […]. No se veía muy<br />
impresionado por el anuncio y hasta parecía tomárselo con cierto humor. Me<br />
explicó que la máquina que había “encontrado” el quark llevaba más de seis<br />
meses apagada y que los datos habían sido an<strong>al</strong>izados hacía ya tres meses. Los<br />
resultados, pues, ya se conocían.<br />
“Lo que el anuncio significa –dijo– es que fin<strong>al</strong>mente se pusieron de acuerdo<br />
sobre lo que vieron”.<br />
Esa es exactamente la natur<strong>al</strong>eza <strong>del</strong> conocimiento científico: ponerse de acuerdo sobre lo<br />
que vemos. Es más: <strong>al</strong> decir <strong>del</strong> filósofo Paul Feyerabend, la ciencia no conoce hechos desnudos,<br />
sino que todos los hechos que se integran a nuestro conocimiento ya vienen vestidos de<br />
una cierta forma. En otras p<strong>al</strong>abras, las opiniones preconcebidas formatean la adquisición y la<br />
interpretación de los hechos científicos.<br />
45 Gellon, G. Había una vez el átomo. Cómo los científicos imaginan lo invisible. Buenos Aires, Siglo XXI, 2006.<br />
46 Cole, K. C. “Is there such a thing as scientific objectivity?” Discover, septiembre de 1985, 98-99.<br />
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