Aprender y enseñar ciencias: del laboratorio al aula y viceversa
Aprender y enseñar ciencias: del laboratorio al aula y viceversa
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III Recorrer la ciencia en el <strong>aula</strong><br />
cosmovisión científica que uno de <strong>ciencias</strong> natur<strong>al</strong>es, o sea, un mundo que espera que<br />
le hagamos las preguntas adecuadas). En este sentido, es fundament<strong>al</strong> que este tipo de<br />
actividad pase a ser ev<strong>al</strong>uable en las instancias periódicas que así lo ameriten. En un principio,<br />
dicha ev<strong>al</strong>uación sería meramente cu<strong>al</strong>itativa, o sea, se debería constatar en forma<br />
fehaciente que han cumplido con el mínimo de las tareas solicitadas. Con el tiempo se<br />
podrán tener criterios objetivos y predoctores de éxito en estas actividades, que colaboren<br />
con la ev<strong>al</strong>uación de estas.<br />
La <strong>al</strong>ternativa trivi<strong>al</strong> es que sea una actividad electiva para aquellos investigadores y becarios<br />
que se sientan atraídos por la propuesta (que presumo que serán unos cuantos). Esta<br />
opción t<strong>al</strong> vez requiera incentivos específicos más <strong>al</strong>lá de la ev<strong>al</strong>uación (que aquí también se<br />
vuelve obligatoria), que podrán incluir suplementos s<strong>al</strong>ari<strong>al</strong>es si se considera adecuado.<br />
Pero bien, ¿qué harían estos becarios e investigadores jóvenes? Una de las actividades<br />
es simplemente ir a contar lo que hacen. Volvamos <strong>al</strong> entusiasmo que mencionábamos<br />
antes. Al cabo de los años uno aprende a desconfiar de los científicos que no cuentan<br />
con verdadera pasión sus tareas de investigación. La desconfianza también surge frente a<br />
aquellos de quienes no comprendemos absolutamente nada, por más <strong>al</strong>ejadas que estén<br />
sus disciplinas de la nuestra. A esta <strong>al</strong>tura, es dudoso que la mayoría de los mort<strong>al</strong>es lleguemos<br />
a comprender los fundamentos últimos de la mecánica cuántica, pero se puede<br />
fruncir el ceño cuando no se logra comprender en forma gener<strong>al</strong> la pregunta que esos<br />
científicos han elegido como su zanahoria person<strong>al</strong>.<br />
Entonces, ese contar lo que hacen presupone que lo harán con entusiasmo contagioso,<br />
con las trabas y tartamudeos de quienes no están necesariamente acostumbrados a otro<br />
tipo de público, pero enfocado desde las preguntas que se han formulado, cómo las han<br />
ido modificando, con qué dificultades se han encontrado, cómo es su día (incluidas las<br />
bromas y las comidas <strong>del</strong> <strong>laboratorio</strong>). No se trata de “hablar en fácil”; las <strong>ciencias</strong> tienen<br />
su lenguaje riguroso y unívoco que, más <strong>al</strong>lá de las metáforas y an<strong>al</strong>ogías que se utilicen,<br />
debe respetarse y comprenderse. Se trata de hacer el esfuerzo de compartir en el <strong>aula</strong><br />
con las mismas ganas que un becario cuenta un póster en un congreso, o convence a su<br />
supervisor de re<strong>al</strong>izar <strong>al</strong>gún experimento un tanto arriesgado.<br />
Por supuesto, este “contar” debe estar acompañado por actividades previas y posteriores<br />
en el <strong>aula</strong>, por un ambiente propicio a las preguntas y discusiones, tareas en las que el<br />
disertante podrá colaborar activamente.<br />
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