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alcanzados, pero fue necesaria una revisión de objetivos en 1980. En contra de<br />
las expectativas, la cantidad total de 400 muertos para el año 2000 fue logrado<br />
en 1996.<br />
Se puede hablar en general de dos enfoques para establecer objetivos:<br />
el primero es el enfoque arriba–abajo (idealista), -por ejemplo establecer la<br />
tasa cero de accidentes- el otro el de abajo–arriba (realista) –Reducir el número<br />
de víctimas del año 1999 en un 10% menos para el año 2000-. En el enfoque<br />
arriba–abajo, el objetivo es establecido primero y de él derivadas las<br />
consideraciones o valores ideales. En el enfoque abajo–arriba, todo dato e<br />
información relevante debe ser recogido, evaluado y la efectividad de la<br />
contramedida estimada para desarrollar el objetivo realista. Cuando son<br />
establecidos los objetivos, en la mayoría de los casos puede utilizarse una<br />
combinación de ambos, y por tanto, asegurar que los elementos del idealismo y<br />
el realismo están equilibrados.<br />
Una cuestión que se está imponiendo como tendencia general en<br />
diversos países es qué objetivos deberían ser formulados por la política en<br />
seguridad vial, si una tasa de cero accidentes no puede ser considerada<br />
realista. En este contexto, es importante conocer el desarrollo subyacente en el<br />
número de muertes en la carretera (y heridos) por año (Oppe, 1995).<br />
En cualquier caso, los objetivos de seguridad vial formulados con claridad<br />
pueden ayudar a los decisores políticos en mucho mayor grado que si estos<br />
están menos elaborados y detallados. La experiencia sugiere que incluso<br />
aunque ello sea muy ambicioso, cuantificar los objetivos en seguridad vial<br />
puede ayudar a los decisores políticos y mejorar el funcionamiento de la<br />
seguridad vial. No es el caso de nuestro país que formula los objetivos de forma<br />
genérica a excepción de aquellos que hacen referencia a los programas de<br />
creación de infraestructura con relación a la vía.<br />
Identificación del problema<br />
Un problema racional para las decisiones políticas en materia de<br />
seguridad vial requiere una definición y un análisis profundo del problema. Por<br />
ello, los planes nacionales suelen ir precedidos de unas reflexiones previas a su<br />
elaboración, donde se reúnen datos sobre algunos condicionantes de la<br />
accidentalidad actuales, los términos en que se definen y su evolución. Es clara<br />
la asociación entre la naturaleza del problema y cómo éste podría solucionarse,<br />
de aquí que la identificación del problema juega un papel clave en este proceso.<br />
El tráfico rodado no está y nunca estará bajo condiciones totalmente<br />
controladas y debemos aceptar las limitaciones siempre presentes en el<br />
conocimiento sobre el proceso del accidente, así como las posibilidades de<br />
prevenirlo. Al identificar el problema de seguridad, es imperativo sea reconocido<br />
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