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objetivo el reforzar la imagen del individuo (ego y autoestima) pudiendo dar<br />
lugar a conductas altamente arriesgadas. Al respecto se ha encontrado una<br />
relación entre el tipo de vehículo y la agresividad al volante, por ejemplo entre<br />
coches de conducción dura, (como los deportivos y todo-terrenos), coches de<br />
conducción suave (económicos y familiares) y coches de conducción especial<br />
(coches de lujo, furgonetas, etc.). En este sentido, se ha constatado que en<br />
general los varones son más agresivos que las mujeres cuando conducen<br />
coches deportivos y todo-terrenos, mientras que las mujeres son más agresivas<br />
cuando conducen coches de lujo.<br />
A estos factores habría que añadir finalmente otros muchos, como la<br />
excesiva proximidad de los vehículos que se convierten así en una "amenaza",<br />
la activación que provoca la prisa, e incluso la propia actividad de conducir, las<br />
tensiones constantes y sobre todo, el anonimato de la gran ciudad y del propio<br />
vehículo, junto con la impunidad con que se ejecutan los actos agresivos al<br />
volante, facilitada por la rápida posibilidad de huida que permiten los vehículos.<br />
Perfil del conductor agresivo<br />
Podríamos afirmar que no existe un perfil único del denominado<br />
«conductor agresivo». Aunque la mayoría de de las conductas agresivas se<br />
suelen dar en conductores que tienen entre 18 y 26 años, podemos encontrar<br />
un buen porcentaje de casos en los que el generador de estas conductas tiene<br />
entre 26 y 50 años, y casos, aunque en menor proporción, en que, el conductor<br />
agresivo tenía entre 50 y 75 años (Mizell Inc., 1996).<br />
En todo caso, sabemos por las estadísticas que la mayoría de<br />
conductores agresivos son relativamente jóvenes, varones de escasa educación,<br />
con antecedentes penales, historias de violencia, y problemas con el alcohol y<br />
las drogas. Muchos de estos sujetos han padecido recientemente un fuerte<br />
contratiempo emocional o profesional, como la pérdida del empleo o una<br />
pérdida sentimental, han atravesado un divorcio, o han sufrido un daño o<br />
accidente.<br />
Desde otra perspectiva, las investigaciones ofrecen precisas<br />
descripciones del prototipo de conductor peligroso. Sería aquel individuo que<br />
manifiesta tendencias antisociales y violentas, desajustado e incontrolado en<br />
sus comportamientos, con un escaso nivel de eficacia y de control personal, y<br />
que, en consecuencia, es incapaz de reaccionar adecuadamente frente al estrés<br />
emocional intenso. Estas personas buscan encontrar formas alternativas, pero<br />
inadecuadas, de responder a sus sentimientos hostiles subyacentes, recurriendo<br />
al alcohol o al automóvil, con la expectativa de reducir su ansiedad, intentando<br />
incrementar así su sentimiento de eficacia y su superioridad frente a los demás.<br />
Todo ello les lleva a aumentar su nivel habitual de agresividad, dando lugar a<br />
estilos de conducción violenta, competitiva, arriesgada, temeraria, que busca<br />
sensaciones nuevas e intensas y que por tanto les convierte en individuos de<br />
alto riesgo.<br />
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