29.03.2013 Views

YVXFlC

YVXFlC

YVXFlC

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

La ingestión de alcohol junto a uno o varios fármacos, como sedantes,<br />

hipnóticos, antidepresivos, antipsicóticos, ansiolíticos, antihistamínicos,<br />

estimulantes, etc., suele ser relativamente frecuente y en ocasiones se hace de<br />

forma inconsciente, sobre todo cuando se toman sin receta médica. En general,<br />

se puede decir que el alcohol interactúa negativamente con muchos<br />

medicamentos, sobre todo con los que afectan a las funciones psíquicas y, en<br />

especial, con los depresores del Sistema Nervioso Central, en los que tiene un<br />

efecto depresor añadido. Además, el alcohol potencia muchos de los efectos<br />

secundarios de los fármacos (somnolencia, descoordinación motora, confusión,<br />

alteraciones visuales, etc.)<br />

El principal problema del consumo combinado de sustancias es que<br />

normalmente se hace de forma inconsciente, ya sea porque no se cae en la<br />

cuenta de que se están combinando los efectos, ya sea porque no se reconoce<br />

el peligro de tal conducta.<br />

La formación como principal solución al problema<br />

Los responsables en materia de seguridad vial son especialmente<br />

conscientes de la problemática surgida de la interacción del consumo de alcohol<br />

y la conducción, y cada vez en mayor medida pretenden hacer llegar esta<br />

preocupación al resto de la población. Sin duda, es toda la sociedad en su<br />

conjunto la que tiene la responsabilidad, no sólo de detectar el problema, sino<br />

de buscar soluciones y alternativas eficaces. El consumo de alcohol y la<br />

posterior conducción es una cuestión de todos.<br />

En general, la tradición en el ámbito de la seguridad señala que la<br />

prevención se puede realizar a tres niveles: la ingeniería (mejora de la<br />

ergonomía de las vías y vehículos), el control policial y la educación. Desde<br />

nuestra posición, el acento habrá de situarse sobre las estrategias<br />

fundamentalmente educativas para reducir la accidentalidad relacionada con el<br />

consumo de alcohol. Por esta razón, como posible solución a esta problemática<br />

se impone un tratamiento basado en la ética y en la responsabilidad personal,<br />

que convertirá a los ciudadanos en difusores de un sistema de valores de<br />

convivencia mínimos e imprescindibles para la vida ciudadana. Mediante la<br />

prevención y la educación se pretende que los conductores adquieran<br />

conocimiento sobre los riesgos reales que comporta la conducción bajo la<br />

influencia del alcohol, y que ello desemboque a su vez en actitudes favorables<br />

hacia la cultura de la seguridad vial.<br />

Esta educación formativa no debe quedar reducida a una ampliación de<br />

conocimientos, sino que se ha de integrar en un programa de desarrollo global<br />

en el cual las actitudes sean tan importantes como las aptitudes. Desde esta<br />

perspectiva, si bien los conocimientos acerca del comportamiento adecuado son<br />

importantes, también lo es la disposición de los usuarios de la vía a actuar de<br />

ese modo ante cada una de las situaciones que se le puedan presentar. Es más,<br />

79

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!