Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
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________________________________<strong>Jakob</strong> <strong>Lorber</strong>_________________________________<br />
3 Los padres sabios guían a sus hijos como con riendas, los crían natural y moralmente sanos<br />
y los conducen al buen camino con el sublime objeto del desarrollo del ser humano. Por el<br />
contrario los padres insensatos dan a sus hijos todo que lo que estos ven y desean, criando así<br />
monos en vez de hombres. Su carne excesivamente alimentada se va llenando de sensualidad y<br />
su espíritu se vuelve pesado hasta que se hace totalmente insensible para todo lo sublime, bueno<br />
y verdadero, cosa que te habrán demostrado de manera evidente miles de ejemplos en tu propio<br />
país.<br />
4 Lo mismo pasa aquí... Para nadie resultaría bueno probar en seguida todos los alimentos y<br />
enterarse de todo, sino sólo poco a poco, a medida que su receptividad aumente. Guiados de esta<br />
manera, los niños de aquí 30 se vuelven más y más fuertes y, poco a poco, pueden soportar más<br />
hasta que estén suficientemente fuertes y aptos para recibir lo supremo. Y exactamente así serás<br />
educada por nosotros tres, como también por todos los demás que ves aquí. Por ello ten un poco<br />
de paciencia y sométete a todo, y pronto tú misma podrás responder satisfactoriamente todas tus<br />
preguntas. ¿Estás satisfecha?».<br />
109<br />
Pregunta clave de la china y respuesta del Señor con otra pregunta crítica.<br />
Relato de la flor de la mañana y de la tarde<br />
1 Durante la instrucción que di a Cheng Chai, <strong>Martín</strong> tenía cara de estar muy contento y su<br />
corazón me la agradeció sobremanera.<br />
2 En seguida ella me respondió: «Sublime amigo de mi corazón y de mi vida, cada palabra<br />
que sale de tu boca es la pura verdad. Pero aun así la culpa no puede ser de Cheng Chai, tan<br />
ávida de saber... En adelante la pobre Cheng Chai frenará su corazón y será como una flor del<br />
campo que crece con la luz y el calor del Sol del gran Lama y que, alimentada con el rocío de su<br />
amor matutino, llena finalmente sus folículos con la semilla de la vida.<br />
3 El gran y santo Lama tiene que ser infinitamente bueno, sabio y poderoso, puesto que todo<br />
lo que Él ha hecho lo ha organizado tan fabulosa y sabiamente. Ay, ¡si siquiera una sola vez<br />
pudiera gozar de la infinita suerte de verle, aunque fuera desde muy lejos y solamente por un<br />
instante! Dime, sublime amigo, si alguna vez seré considerada digna de esta increíble suerte, por<br />
una sola vez y no importa cuándo sea... Luego me conformaría para siempre y, enteramente<br />
dispuesta, cumpliría eternamente con todo lo que me digáis. ¡Pero os suplico que por lo menos<br />
me deis una esperanza fundada!».<br />
4 «Oh, querida hija, ya veo que el Lama es el mayor anhelo de tu corazón, lo que es digno de<br />
toda alabanza. Pero también a mí siempre me dices, y lo veo en tus ojos, que me amas<br />
sobremanera. Por eso quisiera saber de ti a quién amas más, ¿a mí o a tu Lama? ¡Pregúntaselo a<br />
tu corazón y luego me respondes!».<br />
5 Cheng Chai quedó desconcertada y bajó la vista al suelo. Al mismo tiempo su corazón se<br />
encendió más de amor por mí, y ella fue muy consciente. Esta vez la afable Cheng Chai no<br />
encontró palabras para responder. Sólo cuando después de un buen rato repetí la misma<br />
pregunta contestó un tanto desconcertada:<br />
6 «¡Oh, mi ojo derecho, oh, altar de mi corazón...! Cuando todavía estaba en la Tierra al lado<br />
de mi madre y no tenía más de trece años, la pregunté cómo había que hacer para amar al santo<br />
Lama sobre todo.<br />
7 Y mi sabia madre me respondió: “Escucha, mi querida hija, te voy a decir algo: ve al jardín<br />
y planta dos flores iguales, una por la mañana y conságrala al Lama, y la otra por la tarde,<br />
consagrándola a los hombres. Cuídalas lo mismo y obsérvalas. Si la flor de la tarde se desarrolla<br />
mejor que la de la mañana, entonces será señal que amas el mundo más que al santo Lama. Pero<br />
si las flores te muestran lo contrario, entonces tu amor hacia el Lama es más poderoso que hacia<br />
los hombres”.<br />
8 En seguida puse en práctica el consejo que mi sabia madre me había dado. Pero como temía<br />
que la flor del Lama pudiera quedarse atrás, en secreto la cuidaba el doble que la de los<br />
30 Los recientemente llegados.<br />
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