Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
________________________________<strong>Jakob</strong> <strong>Lorber</strong>_________________________________<br />
mí, como Yo lo quiero. Yo, el eterno Amor, con el juicio al que te he sometido te he concedido<br />
libertad suficiente para que puedas sentir tu estado penoso, volverte consciente de él y<br />
remediarlo, si quieres. Si no quieres, entonces sigue siendo lo que eres y cómo eres, y no porque<br />
tú lo quieres sino porque Yo lo quiero así.<br />
15 De modo que si quieres mejorar tu condición, entonces te reemplazaré por otra herramienta<br />
útil a mis propósitos, otra herramienta de tu género. Ahora habla, ¿qué quieres? ¡A mí me da<br />
absolutamente lo mismo!».<br />
16 Satanás quedó totalmente estupefacto y no sabía que contestar.<br />
17 Pero su abundante séquito gritó: «Señor, si es así, ¡entonces sálvanos de nuestra antigua<br />
agonía y sustitúyenos por nuevas herramientas útiles! ¡Ya hemos sufrido miseria más que<br />
suficiente y el fuego nos ha desmoronado! Por eso, ¡sálvanos, Señor, y transfórmanos conforme<br />
a tu Bondad y tu Amor!».<br />
18 Oyendo esto a su séquito, Satanás se puso furioso y gritó: «¿No queréis participar en mi<br />
grandeza? ¡Porque entonces no haré lo que Dios quiere sino lo que yo quiero! ¡Decid que estáis<br />
de acuerdo conmigo!».<br />
19 «¡Insensato!, ¿qué podrías tú querer si no lo quisiera Dios?», gritó su séquito. «Tu voluntad<br />
muy libre, ¿no es la Voluntad de Dios? Puedes querer lo que quieras, pero aun así no puedes<br />
querer nada por ti mismo sino únicamente lo que te concede la Voluntad de Dios que se halla<br />
dentro de ti y que eternamente continuará siendo tu juez invencible. ¡Tú, haz lo que te permite el<br />
juicio en que te encuentras! ¡Pero a nosotros nos ha alcanzado ahora la Misericordia de Dios<br />
que jamás nos abandonará ya, por lo que actuaremos de acuerdo con el margen que nos permita<br />
nuestro juicio ya algo mejor!».<br />
20 «¡Levantaos pues, pobres miserables, y sed libres!», dije Yo. «Pero tú, Satanás, si ese es tu<br />
deseo, sigue siendo lo que eres. Decide ahora lo que quieras, siempre será por mi Voluntad<br />
divina y no por la tuya; tu voluntad siempre será mi juicio dentro de ti.<br />
21 Y para que puedas meditar un poco sobre esta enseñanza concluyente, te concedo aún un<br />
poco de tiempo para que, una vez más, puedas reflexionar sobre lo que eres y cómo eres. Si<br />
quieres mejorar tu situación, entonces así será. De lo contrario seguirás siendo lo que ya eres<br />
desde hace tanto tiempo, hasta que el último cautivo de toda la creación actual haya emanado de<br />
la carne. ¿Que será de ti después? ¡Esto lo sé únicamente Yo y nadie más en toda la infinitud!».<br />
22 Ante estas palabras Satanás lanzó un grito horroroso y salió corriendo por la puerta. Su<br />
séquito se quitó sus corazas de escamas y lo que quedó fueron mil almas de aspecto lamentable,<br />
totalmente desnudas, que suplicaron que les ayudaran y que les aliviaran sus grandes dolores.<br />
23 Llamé a <strong>Martín</strong>, Borem y Corel para indicarles que llevasen a estos miserables al baño<br />
refrescante. Los tres cumplieron en seguida con mi Voluntad y los mil miserables encontraron<br />
alivio.<br />
120<br />
Cheng Chai despierta de su estado de sueño. Explicaciones del Señor<br />
acerca de importantes acontecimientos y sobre sí mismo<br />
1 Entre tanto Cheng Chai, que se encontraba a mi lado, se despertó como de un sueño y<br />
recordaba todo lo que había sucedido ante ella como si lo hubiera visto en un sueño muy vivo.<br />
En seguida empezó a contarme todo punto por punto y después de haber terminado la historia<br />
me preguntó si en esta visión podía haber algo verídico.<br />
2 «Cheng Chai, tú misma has visto que <strong>Martín</strong> y Borem no fueron capaces de arrastrar hasta<br />
aquí al dragón encadenado porque se opuso a su fuerza», le respondí. «También supiste que Yo,<br />
cuando <strong>Martín</strong> me pidió ayuda con el consentimiento de Borem, con el poder de mi Voluntad<br />
traje al dragón a nuestros pies instantáneamente... ¡Pero todo eso lo has visto con los ojos<br />
todavía abiertos!».<br />
3 «Pues sí, todo eso lo he visto», reconoció Cheng Chai. «Pero nada más ver el dragón ante<br />
nosotros me desmayé de horror y todo lo que luego pasó con él lo vi como en un sueño.<br />
4 Cuando mi mente está totalmente despierta puedo muy bien asimilar lo que veo mientras mi<br />
intelecto lo abarque. Pero las visiones en una especie de sueño se encuentran más allá de la<br />
- 180 -