Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
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________________________________<strong>Obispo</strong> <strong>Martín</strong>_________________________________<br />
fueran necesarios remedios más severos, nunca deben estar motivados por el afán de castigo o<br />
por la ira, por muy justa que sea, sino siempre por el mayor amor más puro y sin consideración<br />
de tendencias propias.<br />
14 ¡Estas son las características de toda maestría celestial! Tienes que identificarte con ellas<br />
enteramente y ya verás como quedarás mejor con estos habitantes de la Luna. Por eso vuelve a<br />
la pareja y procura aplicar los remedios celestiales. ¡Así sea!».<br />
15 <strong>Martín</strong> se dirigió de nuevo a la pareja de la Luna: «Escucha, mi apreciado amigo, pequeño<br />
y grande a la vez, he ponderado bien tus muy sabias palabras y, con la Gracia del Señor,<br />
reconozco que tienes toda la razón en todo lo que dijiste. No obstante, aún tengo otra pregunta.<br />
No creas que es para examinar más profundamente los fundamentos de tu sabiduría, sino sólo<br />
para aprender de ti.<br />
16 Antes declaraste nula y sin valor toda enseñanza exterior . No puedo decir que estés<br />
equivocado del todo. Pero si toda enseñanza exterior y por lo tanto también toda noción<br />
exterior, venga de donde venga y entre por el sentido humano por el que entre, fuera mala, inútil<br />
y por eso reprochable, entonces quisiera que tu sabiduría me explicara por qué el gran Creador<br />
de todos los mundos, hombres y ángeles nos ha provisto de estos sentidos externos. ¿Para qué<br />
tenemos una voz que nuestra boca emite hacia fuera y una lengua capacitada para este fin?<br />
¿Para qué hay formas exteriores y toda clase de apariencias externas en todos los seres y en las<br />
incontables cosas que existen? ¿Podríamos imaginar siquiera un ser sin formas exteriores? La<br />
supresión de toda forma exterior ¿no acabaría con la existencia de cada ser? ¡Por mi parte no<br />
puedo imaginarme un ser que no se manifieste con alguna clase forma exterior! Estas son mis<br />
dudas razonadas... Por eso te ruego que tengas paciencia y me despojes de ellas».<br />
17 «Amigo, una vez apuntas demasiado bajo y otra demasiado profundamente. Una vez muy<br />
poco y la otra demasiado, ¡así que aún te falta mucho para acertar!<br />
18 El Gran Espíritu ha creado infinitamente mucho de todo. Todas las relaciones recíprocas<br />
que lo “mucho” pueda tener entre sí han de ser externas, de lo contrario no podría ser “mucho”.<br />
Con lo que toda correlación entre lo creado es algo exterior. Y para que el hombre también<br />
pueda percibir lo exterior le son dados los sentidos externos. Pero con ellos aún no puede<br />
concebirlo; para eso precisa los sentidos internos de su espíritu.<br />
19 De modo que el hombre tiene sentidos externos para percibir lo exterior, e internos para<br />
concebir lo interno, donde la sabiduría es un atributo de los sentidos internos del espíritu y no de<br />
los externos. Por eso tiene que ser aprendida desde dentro y no desde fuera hacia dentro.<br />
20 El alma recibe esta enseñanza interior únicamente del espíritu al que el gran Espíritu de<br />
Dios ha revelado absolutamente todo acerca de toda la creación.<br />
21 La lengua exterior así como el oído sirven para calificar lo externo y poder enlazar<br />
posteriormente lo externo con lo interno. Con tal enlace el hombre llega al pleno conocimiento<br />
del Orden divino; y este conocimiento es la verdadera sabiduría a la que deberíamos aspirar<br />
porque crea la fuerza intrínseca del espíritu y activa su vida.<br />
22 Ahora comprenderás que el Espíritu de Dios jamás ha enseñado a los hombres a través de<br />
revelaciones exteriores sino siempre desde dentro, por el espíritu. Aunque aparentemente<br />
parezcan enseñanzas exteriores de personas, nunca podrán ser eficaces interiormente antes de<br />
que la fuerza omnidespertadora del Espíritu de Dios las haya introducido en el espíritu más<br />
interno del hombre. Lo mismo pasa con todas mis explicaciones que ahora recibes a través de tu<br />
oído físico.<br />
23 Si Dios mismo te enseñara toda la sabiduría exteriormente como ahora lo he hecho yo, toda<br />
esta enseñanza Suya, del gran Dios, no te serviría de nada si Él, por medio de su Espíritu<br />
sumamente santo, no te ha enseñado interiormente a través de tu propio espíritu.<br />
24 Si entiendes lo que te digo tómalo como respuesta adecuada. Pero ten en cuenta que<br />
mientras no lo hayas recibido dentro de ti no te servirá para tu salvación sino que será un<br />
castigo: pues, en tanto no lo hayas asimilado, en vez de hacerte libre siempre será un freno para<br />
tu desarrollo espiritual. Si quieres hacer más preguntas, entonces pregunta, ¡te responderé!».<br />
25 «Amigo, pese a tu aparente sencillez tengo que reconocer de nuevo que tu sabiduría es<br />
verdaderamente profunda. También admito que no puedo competir contigo ni de lejos. Pero por<br />
muy perseverante sabio que seas, tendrás que aceptar que si enseñaste a alguien con mucho<br />
amor en asuntos sobre el Orden de Dios, sobre su Amor, Omnipotencia y sabiduría, aunque sólo<br />
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