Jakob Lorber - Obispo Martín - Ciencia y Espiritualidad - Jakob Lorber
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________________________________<strong>Obispo</strong> <strong>Martín</strong>_________________________________<br />
Jerusalén y que en mi sumo amor hacia Él le dije: “Señor, ¡que esto no te ocurra!”. ¿Y sabes lo<br />
que me contestó?».<br />
14 «Oh, Pedro, ¡no me repitas aquella sentencia tan horrible! Te digo que siempre me ha<br />
resultado incomprensible cómo el Señor, que poco antes te había llamado “pilar de su iglesia”<br />
que nunca será vencida por el infierno, pudo tildarte de principal Satanás del infierno... Hasta<br />
hoy es un enigma para mí. ¿Cómo interpretas esas palabras?».<br />
15 «Mira», añadió Pedro. «Cuando el Señor me llamó pilar de su iglesia me habló con su<br />
inconmensurable amor; pero después cuando me tildó de Satanás, con un solo golpe muy<br />
poderoso y muy bien medido, expulsó de mí todo lo mundano, siendo Satanás lo mundano en sí.<br />
¿Entiendes ahora la sentencia y el enorme coscorrón que significaba para mí?».<br />
16 «Pues no lo comprendo del todo pero algo me suena.<br />
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Algo de música del mundo solar. Advertencia severa de Pedro a <strong>Martín</strong><br />
para que venza su sensualidad<br />
1 Pero oigo algo como campanadas. ¿Qué significará? ¡Es una maravilla! De modo que<br />
también aquí hay música... ¡No se puede distinguir algo parecido a un ritmo pero aun así la<br />
mezcla de sonidos suena fantásticamente! Ya me gustaría saber con qué instrumentos producen<br />
estos sonidos».<br />
2 Pedro se lo explicó: «Se trata de una especie de campanas parecidas a las que usaban los<br />
antiguos egipcios y que hoy día todavía se encuentra entre los persas y los hindúes, sólo que<br />
aquí tienen un sonido mucho más puro que en la Tierra. Estas campanas consisten en una<br />
especie de discos que se hace sonar con martillos elásticos. Se sirven de estos instrumentos en<br />
las fiestas y también cuando se presentan fenómenos naturales que aquí son bastante frecuentes.<br />
3 Para ocasiones menos importantes tienen una especie de cascabeles que dan señales.<br />
También disponen una clase de arpas y son verdaderos maestros en tocarlas; sólo se oyen en el<br />
interior de sus palacios. Ya sabes todo lo que tanto te inquietaba saber... Pero ahora callémonos<br />
para recibirlos».<br />
4 <strong>Martín</strong> no pudo evitar otra pregunta: «¿Estás seguro que vamos bien ordenados para<br />
recibirlos?».<br />
5 «¿Acaso somos soldados o comediantes? ¡Otra de tus preguntas!».<br />
6 «Te ruego, Pedro, que no te enfades conmigo, ¡porque cada vez que abro la boca me sale<br />
alguna estupidez!».<br />
7 «Pues realmente casi así es», contestó Pedro. «Y la razón consiste en que continuamente<br />
hablas y preguntas sin que el Señor te lo indique. Además todavía te queda una gran sensualidad<br />
carnal que serpentea dentro de tu alma como pequeñas culebras. Eso turba continuamente tus<br />
sentidos, de modo que sólo puedes hablar algo más sabiamente cuando tu sensualidad residual<br />
no es de nuevo aguijoneada por un estímulo exterior.<br />
8 Te ruego en nombre del Señor que por fin te unas contigo mismo y que no ansíes más<br />
aquello que no es digno de tu espíritu. De esta forma la visión de tu espíritu se volverá cada vez<br />
más clara y sólo hablarás palabras que proceden de la verdadera sabiduría. Si no te agregas en<br />
este sentido, nunca saldrás de tus estupideces y el Señor te mandará por mil años, según su<br />
tiempo natural, a la Luna de la Tierra.<br />
9 En seguida se presentarán muchas de las más bellas y seductoras mujeres del Sol por cuyo<br />
motivo te digo todo esto en serio: el Señor ha previsto traerte hasta aquí y no más, para que en<br />
esta ocasión te desembaraces de esa sensualidad tuya. Si no sales aprobado de este examen te<br />
encontrarás de repente, abandonado por nosotros, en el suelo árido de la Luna, un mundo donde<br />
ya topaste una vez con uno de sus sabios.<br />
10 Todo lo que ha pasado contigo y alrededor tuyo en el mundo de los espíritus a partir de tu<br />
llegada, sucedió principalmente por ti mismo, para hacer de ti un buen colaborador del Señor en<br />
su gran viña. El mismo Señor ya te dijo que podrías transformarte en un servidor muy útil,<br />
especialmente en este mundo, por cuyo motivo Él hace cosas excelsas con el fin de que te<br />
vuelvas un verdadero ángel. Pero puesto que el Señor ya hace tanto por ti, también tienes que<br />
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