REVISTA NACIONAL - Publicaciones Periódicas del Uruguay
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<strong>REVISTA</strong> <strong>NACIONAL</strong><br />
Es omnívoro, anda en casales, mitad en el campo mitad en las<br />
orillas de los montes de las corrientes de agua y hace su nido en<br />
matorrales, pareciendo que prefiere los de sarandí, inclinados sobre<br />
el agua, donde pone cuatro huevos piriformes -alargados- de fondo<br />
blanco azulado con pintas marrón subido. Su canto es un silbido que<br />
no llama la atención.<br />
A más de nuestro país habita la Argentina y el Paraguay.<br />
FEDERAL<br />
Amblyramphus holoserkeus (Scopoli)<br />
Es un conocido pájaro de bañado, muy apreciado por su canto<br />
que es un silbido dulce y muy fuerte, muy buscado por los paja,<br />
reros por su plumaje negro y rojo, que se paga mucho. Desgraciadamente,<br />
lo sé por experiencia, no soporta la cautividad y muere<br />
más o menos pronto, no cantando en la jaula salvo casos excepcionales<br />
en que se haya cazado y criado desde pichón, pero mismo así, si<br />
bien algo puede cantar, muere pronto.<br />
Es muy escaso en el país y bastante abundante en el estero de<br />
Santa Teresa por lo cual me habilita para decir lo que acabo de<br />
expresar y para consignar que gusta de los maíces. En el pequeño mai<br />
Eal que tenía, «para el consumo» en la costa <strong>del</strong> bañado, cuando el<br />
marIo empezaba a granar, era el contorno- un vivero de federales,<br />
pechos amarillos, y cotorras, temible hueste alada a que se trataba<br />
de contrariar en sus nefastos -para mi- propósitos pero, desde<br />
luego, sin matarlos: tirando tiros al aire, ahuyentándolos con muñecos<br />
de trapos y por tiras de géneros, largas y angostas, colocadas<br />
al extremo de palos que al flamear con el viento le impedía acercarse.<br />
Lo que consigné anteriormente se puede verificar viendo lo escasos<br />
que son los federales mantenidos en cautividad y la experiencia<br />
de veinte años de convivir con ese inmenso estero, que por tal,<br />
era invadido por cazadores furtivos de noche, que acampaban en esa<br />
hora para que nadie los viera, que hacían fuego para comer<br />
también en las horas sin luz, con el fuego escondido en aquella inmensidad,<br />
pues el humo, de día, los denunciaba. Pues bien, cada<br />
vez que se encontraba un campamento con gente o recién abandonado,<br />
era el tendal de pájaros, en especial de Federales, los que habían<br />
quedado muertos en los primeros días de cautividad, comprobándose,<br />
de entrada, su inaptitud para el encierro.<br />
Con permiso de la autoridad, disponía de dos armas de fuego,<br />
largas, para batir el hañado, desde luego en la parte fiscal. En cuanto<br />
se veía el menor movimiento sospechoso para los pájaros, ciervos,<br />
nutrias, lobos, carpinchos, se disparaba. Y todo el mundo sabía que