la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre

LECCIÓN 14
Disfrutando Nuestra Herencia y
Recompensa
“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre”
(Salmos 127:3).
ENFOQUE
Una herencia es un regalo que se espera por mucho tiempo, siendo otorgada por
la familia de uno. Una recompensa usualmente es ofrecida por haber hecho algún
servicio especial. Dios iguala a los niños con ambas de estas bendiciones. Esta fue
su intención con la creación de la familia. Si la humanidad volviera al plan de
Dios y siguiera su Palabra, el gozo retornaría a las familias en todo lugar.
LO QUE HE APRENDIDO
Dios creó al mundo con un diseño especial. Él quiso que toda criatura viviente
estuviera bajo el dominio del hombre — la criatura creada a su imagen (Génesis
1:26-31). Desde Adán hasta Noé, el hombre continuó “fructificándose.” Él
dominó toda cosa viviente sobre la tierra, aun los peces del mar y las aves del
cielo. Pero cuando él fracasó en dominar sus propios deseos y planes, Dios tuvo
que destruir al hombre y también a los animales. (Génesis 6:1-7).
Dios mandó a Adán y a Eva, que se fructificaran y se multiplicaran (Génesis 1:28).
Esto no fue una opción. Fue el plan de Dios para poblar la tierra entera. Dios
también mandó a que los hijos de Noé hicieran lo mismo después de que el
diluvio había destruido toda cosa viviente. Este mandato todavía es una parte
importante de la vida de familia; porque sin esto, ninguna nación puede crecer y
ser bendecida.
EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
Desde los días de Noé, los hombres han abusado del mandato de Dios, porque
ellos no siguieron el plan original de Dios para la familia. Alrededor de todo el
mundo, diariamente, a cada hora, aun en cada minuto, una nueva vida empieza.
Hay mucho que hablar sobre las dificultades de la explosión demográfica y el
problema de alimentar a los niños del mundo. El problema no es con el mandato
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