la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre
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Matrimonio (NVI), <strong>la</strong> cabeza o liderazgo de los hombres en el matrimonio no se<br />
trata de ser el jefe o gobernante. Esto está hab<strong>la</strong>ndo sobre ser:<br />
• El primero en honrar;<br />
• El primero en sustentar; y<br />
• El primero en satisfacer <strong>la</strong>s necesidades de su compañera.<br />
El principio básico envuelto, es el de quitar todos nuestros deseos que están<br />
centrados en nosotros mismos. Cuando entendemos que <strong>la</strong> sumisión en el<br />
matrimonio es una calle de dos vías, podemos recordar mejor que nosotros<br />
también debemos someternos a Dios juntos. (Hebreos 12:9; Santiago 4:7).<br />
El entender <strong>la</strong> sumisión mutua, eliminará muchas de <strong>la</strong>s dificultades que causan a<br />
que los matrimonios fracasen. Los hombres piadosos, quienes están esforzándose<br />
por seguir el ejemplo de Cristo y su novia (<strong>la</strong> iglesia), no tratarán de forzar a sus<br />
esposas a que se “sometan.” Ellos no tendrán que hacerlo. Cualquier mujer<br />
afortunada de estar casada con un hombre que <strong>la</strong> ame de <strong>la</strong> manera que Dios ha<br />
dicho, está realizada en su obediencia al mandato de “someterse.”<br />
La sumisión viene a ser más fácil cuando <strong>la</strong> manera apropiada de “dejar” y “unir”<br />
se ha llevado a cabo en el matrimonio. En muchas culturas, los padres <strong>del</strong> esposo<br />
hacen <strong>la</strong>s decisiones de <strong>la</strong> nueva unidad de familia — especialmente si es que los<br />
recién casados viven en casa de ellos. Es más fácil someterse si es que no hay<br />
una interferencia de afuera — ya sea de parte de <strong>la</strong> familia <strong>del</strong> esposo o de <strong>la</strong><br />
esposa.<br />
“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y<br />
serán una so<strong>la</strong> carne” (Génesis 2:24).<br />
“Unirse” significa “pegarse como pegamento.” La cercanía de esa unión produce<br />
algo realmente precioso — hijos. Estos hijos —son parte de ambos padres— son<br />
vitales para que el esposo y <strong>la</strong> esposa realicen sus cargos o papel apropiado en el<br />
matrimonio, compartiendo decisiones y obedeciendo <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios.<br />
¿Y qué hay con respecto a los hijos que son añadidos a esta familia piadosa? La<br />
Pa<strong>la</strong>bra de Dios también les da instrucciones, añadiendo <strong>la</strong> bendición de una<br />
promesa.<br />
“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu<br />
padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, para que te<br />
vaya bien, y seas de <strong>la</strong>rga <strong>vida</strong> sobre <strong>la</strong> tierra” (Efesios 6:1-3).<br />
Los padres que siguen el p<strong>la</strong>n de Dios, descrito en <strong>la</strong> Pa<strong>la</strong>bra de Dios,<br />
encontrarán que es más fácil entrenar a los hijos que les dan honra. Ambos<br />
padres estarán participando en esta tarea a medida que ellos:<br />
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