la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre
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amara a Rebeca antes, ya que él nunca antes <strong>la</strong> había visto. Esta no es nuestra<br />
manera cultural, pero sí da un mejor entendimiento <strong>del</strong> p<strong>la</strong>n de Dios. Cuando<br />
Dios ha guiado a una pareja a escoger el uno al otro, Él no los dejará sin <strong>la</strong><br />
habilidad de amarse el uno al otro. Dios es amor, y su manera de amar es <strong>la</strong><br />
mejor y <strong>la</strong> más maravillosa de todas. Esta es <strong>la</strong> base bíblica para el matrimonio.<br />
Gary Chapman, en “Hacia un Matrimonio Creciente” lo dice de esta manera:<br />
“El cristiano debe casarse porque él o el<strong>la</strong> está profundamente convencido que<br />
este matrimonio es <strong>la</strong> obra de Dios, que Dios en su sabiduría infinita los ha<br />
juntado y que su intención es que vivan sus <strong>vida</strong>s en unión el uno con el otro y<br />
con Él.”<br />
Si <strong>la</strong> pareja ya está casada y no conocieron el p<strong>la</strong>n de Dios para el matrimonio<br />
cuando se casaron, no es tarde para que conversen con Dios sobre su matrimonio.<br />
Él los tomará donde están y les ayudará a crecer en lo mejor de Él, pero ellos<br />
deben tener el deseo de su ayuda y estar dispuestos a cambiar conforme a su<br />
imagen. La obra de Dios en algo tan personal e íntimo, como el matrimonio<br />
empieza en <strong>la</strong> mente. El puede, y transformará <strong>la</strong> mente <strong>del</strong> que ora hasta que<br />
él/el<strong>la</strong> sea “hecho a su imagen.”<br />
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de <strong>la</strong> renovación de<br />
vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea <strong>la</strong> buena voluntad de Dios,<br />
agradable y perfecta” (Romanos 12:2)<br />
CONCLUSIÓN<br />
Al usar esta historia <strong>del</strong> Antiguo Testamento, de cómo una novia fue escogida<br />
para Isaac, como una guía para encontrar a una compañera, no significa que tú<br />
debas enviar a tu siervo para que este escoja a <strong>la</strong> novia, así como Abraham lo<br />
hizo. La mayoría de <strong>la</strong> gente no tiene siervos, y esta no es <strong>la</strong> manera en <strong>la</strong> que el<br />
matrimonio culturalmente funciona (en <strong>la</strong> mayoría de los lugares <strong>del</strong> mundo).<br />
Este ejemplo <strong>del</strong> Antiguo Testamento sobre cómo escoger a un compañero (a),<br />
tiene algunos principios importantes, los cuales si son seguidos, harán más fácil<br />
obedecer <strong>la</strong>s normas <strong>del</strong> Nuevo Testamento.<br />
Dios nos ama a todos. En su sabiduría y cuidado por nosotros, Él desarrolló <strong>la</strong><br />
institución <strong>del</strong> matrimonio. Su intención fue que el matrimonio fuera una parte<br />
hermosa y bendecida de <strong>la</strong> <strong>vida</strong> en <strong>la</strong> tierra. Oremos y trabajemos en entrenar a<br />
aquellos que se están preparando para casarse, para que sean cuidadosos a<br />
medida que buscan el compañero (a) correcto. Y nosotros los que estamos<br />
casados, debemos esforzarnos por ser el compañero (a) correcta, siguiendo el<br />
mo<strong>del</strong>o y voluntad de Dios.<br />
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