la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre

Adán y Eva: “El hombre y su esposa no tuvieron áreas escondidas, no
tuvieron vergüenzas, no tuvieron temores. Había una transparencia total,
la ausencia total de estar concientes de sí mismos. Esto los hizo
totalmente libres, tanto emocionalmente como físicamente, por dentro y
por fuera.”
• Dios planeó para que la intimidad estuviera dentro de los límites del
matrimonio (Hebreos 13:4).
• El diseñó esta parte de la relación matrimonial para que fuera muy buena,
así como el resto de sus creaciones (Génesis 1:27-31).
• La intimidad debe ser disfrutada (Cantar de los Cantares 4:1-7).
• La intimidad solamente es buena con un compañero (a) que no es egoísta
(Cantar de los Cantares 2:10-17).
• Dios planeó para que la intimidad fuera sin interrupción, excepto en
tiempos de acercamiento a Dios, y por acuerdo mutuo de los cónyuges (1
Corintios 7:1-5).
La intimidad no es algo vergonzoso, pero es privado. Los pensamientos y
sentimientos más profundos compartidos durante los tiempos de intimidad, no
deben ser discutidos con ninguna otra persona fuera de la unión matrimonial. Si
es que hay algún problema, debe ser discutido solamente con el compañero (a)
matrimonial. Esta práctica de mantener la intimidad en privado, reforzará la
unión, la unidad y la intimidad, lo cual hace al matrimonio algo especial y
hermoso.
CONCLUSION
Una de estas llaves no funcionará sola. Deben venir juntas, una detrás de la otra.
Deben encajar como un guante en una mano, para hacer del matrimonio algo
especial y hermoso, lo cual Dios planeó para que las parejas disfrutaran.
El matrimonio es trabajo, pero también es placer. Llenará ese espacio vacío que
Dios puso en cada uno de nosotros, para ser llenado por esa persona especial
quien:
• Entiende y continúa intentando aun cuando yo no lo hago;
• Me ama a pesar de todos mis defectos;
• Esta junto a mí durante los gozos y contiendas de la vida;
• Comparte los secretos más profundos de su corazón conmigo, a medida
que juntos miramos a Dios para su dirección continua;
• Permanece leal a mí durante lo bueno y lo malo;
• Se preocupa por lo que pienso, siento y hago.
¿Suena esto imposible? Con Dios esto puede suceder, porque Él es un Dios a quien
le encanta probar lo imposible como posible.
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