la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre

Cuando Dios trajo la mujer al hombre, Él destinó una unión física (“los dos
llegaron a ser una sola carne”). Esto es abaratado o de poco precio cuando no
está encerrado o limitado dentro del matrimonio. Las enseñanzas de Pablo en 1.
Corintios 7:3-5, hacen claro que la unión física del hombre y de la mujer es una
parte especial e importante del matrimonio, pero no es la parte más importante.
El matrimonio fue usado por Dios para simbolizar la profundidad de su
compromiso con Israel (Isaías 62:4-5; Jeremías 31:32). Ya que el compromiso es
“una obligación, promesa o voto continuo” (como lo define el Diccionario Español
Moderno), éste debe ser cumplido.
“El compromiso no es una jaula;
Es una red de seguridad.”
(William Coleman)
What Makes a Marriage Last
Cuando se entra en el matrimonio con el entendimiento del compromiso que éste
requiere, es difícil separarlo. “La Guía del Pastor — Manual Para La Adoración”,
por Marion D. Aldridge, da el siguiente ejemplo de una afirmación actual del
matrimonio. Hay muchas ceremonias disponibles. Estas deben ser estudiadas
cuidadosamente y entendidas completamente. Este estudio debe hacerse mucho
antes del día que la pareja se ponga en pie en frente de “todos estos testigos”
(familia, amigos y miembros de la iglesia) para unir sus vidas “hasta que la
muerte los separe.”
La siguiente es una de mis ceremonias favoritas:
“Estamos reunidos hoy día, en la presencia de Dios, y en la compañía de ustedes
amigos, para unir a este hombre, _________ (Novio), y a esta mujer, __________
(Novia), en la santa institución de matrimonio de Dios.
Todos debemos saber, y _______ (Novio) y _______ (Novia) lo saben, estoy
seguro, que no se debe entrar al matrimonio de manera ligera o sin consejo, sino
más bien de forma reverente, no solamente con el gozo y esperanza de los
cristianos sino que también con asombro de Dios, de quien su voluntad ellos
buscan seguir.
La palabra principal, al mirar al matrimonio en una perspectiva bíblica, no es
amor sino más bien compromiso: un compromiso de vida.
En un matrimonio cristiano (y no esperamos nada menos), primero debe existir
una lealtad total hacia Jesucristo y su voluntad. Solamente después que este
compromiso con Dios es sellado, yo puedo, como ministro cristiano, estar
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