la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre

“Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es Él”
(Salmos 33:20).
“Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí oh Dios. Ayuda mía y mi
libertador eres tú; oh Jehová no te detengas.” (Salmos 70:5).
“Oh Israel confía en Jehová; Él es tu ayuda y tu escudo” (Salmos 115:9).
¿Es rebajador llamar a Dios “ayuda”? Dios creó todo, y nosotros somos nada. Aun
así El se refiere a sí mismo usando el mismo término que usó para describir el
papel de la mujer. ¿De qué manera puede una esposa “ayudar” a su esposo?
• Empieza con el entendimiento (tanto el esposo como la esposa deben
tenerlo) que él la necesita a ella.
• Estúdialo (aun antes de estar casados) y esfuérzate para entender las
cosas que son importantes para él.
• Aprende a apoyar, a alentar y a darle ánimo con el trabajo que ha
escogido en la vida.
• Muestra respeto hacia él, especialmente en público o en frente de los
miembros de la familia.
• Aprende a halagarlo por sus logros y mejoramientos —aunque sean
pequeños. Al halagarlo, él trabajará para hacer más y mejores cosas.
• Haz pedidos —no seas exigente. El ser exigente causa que él se sienta
como si ella estuviera tratando de tomar control.
• Recuerda que el amor funciona de dos maneras (dar y recibir). Trata de
mostrar amor y afecto en maneras que lo complazcan a él.
• Siempre recuerda que él no tiene las mismas necesidades que ella —
después de todo él es hombre.
• Si el esposo se pone a la defensiva, ella debe chequear los motivos de sus
comentarios/criticismo. Después debe buscar las razones por las que él
está reaccionando de esta manera. Tal vez hay algo en su pasado que está
causando que las palabras de ella suenen de manera diferente a lo que
ella quiso decir.
• Recuerda la diferencia biológica básica entre los hombres y las mujeres. Él
responde a la vista, y ella responde al toque (tacto). Si él la agarra sin
alguna señal de un toque de cariño o de dulzura, ella no debe tratar de
apartarlo. Aquí es donde una comunicación abierta es vital. La mujer debe
ayudarle (ahí esta otra vez esa palabra) a entender las necesidades de
ella, y asegurarse de que él sepa que ella está lista y dispuesta a cumplir
las necesidades de él.
Estas pocas sugerencias en ninguna manera son concluyentes, pero sí deben ser
enseñadas a las hijas, en la iglesia y en el hogar. Espero que estas den alguna
idea de las maneras en que la mujer puede ser una “ayuda” a su esposo. La cosa
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