la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre
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“Y manifiestas son <strong>la</strong>s obras de <strong>la</strong> carne, que son: adulterio, fornicación,<br />
inmundicia, <strong>la</strong>scivia, ido<strong>la</strong>tría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras,<br />
contiendas disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y<br />
cosas semejantes a estas; acerca de <strong>la</strong>s cuales os amonesto, como ya os lo he<br />
dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de los cielos<br />
(Gá<strong>la</strong>tas 5:19-21).<br />
Dios perdona el pecado, pero <strong>la</strong>s consecuencias de ese pecado (lesión debido al<br />
aborto, hijos nacidos fuera <strong>del</strong> matrimonio, enfermedades debido al uso de <strong>la</strong><br />
droga o el alcohol, <strong>la</strong> desconfianza debido a <strong>la</strong> repetición de una conducta<br />
incorrecta, etc.), tal vez tengas que sobrellevarlos por el resto de tu <strong>vida</strong>. Toma<br />
mucho tiempo para conseguir que alguien confíe en ti, y so<strong>la</strong>mente una fal<strong>la</strong><br />
para romper esa confianza. Esto es cierto especialmente en el matrimonio.<br />
Algunos estudios han probado que aquellos que participan en acti<strong>vida</strong>des<br />
sexuales antes <strong>del</strong> matrimonio, son más propensos a tener un amorío después <strong>del</strong><br />
matrimonio. Es por eso que es tan importante enseñar y entrenar a nuestra<br />
juventud a evadir <strong>la</strong> inmoralidad. Ellos necesitarán el poder de Dios para<br />
ayudarlos, pero es posible. Un ejemplo piadoso en el hogar ayudará mucho más.<br />
“Pues <strong>la</strong> voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de<br />
fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y<br />
honor. Pues no nos ha l<strong>la</strong>mado Dios a inmundicia, sino a santificación” (1.<br />
Tesalonicenses 4:3-4,7).<br />
Hay otras obras de <strong>la</strong> carne además de los actos sexuales. Alguien que participa<br />
en una o más de estas “obras de <strong>la</strong> carne”, puede encontrar perdón y esperanza,<br />
pero cuánto mejor es no haber experimentado nunca estos pecados.<br />
La preparación para el matrimonio empieza desde <strong>la</strong> niñez, cuando a los niños se<br />
les enseña que sus cuerpos son el templo <strong>del</strong> Dios viviente. Ellos deben aprender<br />
a cómo “tener su propia esposa en santidad y honor.” Los padres deben estar<br />
atentos ante <strong>la</strong> curiosidad de <strong>la</strong> niñez y entrenar a sus hijos conformemente.<br />
5. Los padres deben participar en <strong>la</strong> decisión <strong>del</strong> matrimonio (Génesis 24:1-9, 28-<br />
60). Los padres de Isaac y Rebeca fueron una parte importante de su matrimonio.<br />
Abraham inició el proceso y dio normas específicas a su siervo para que escogiera<br />
una esposa para Isaac. La familia de Rebeca también jugó un papel importante, y<br />
se les consultó sobre toda decisión.<br />
La cultura y tradición son diferentes hoy día, pero no se puede pasar por alto<br />
este principio si es que <strong>la</strong> pareja quiere un matrimonio de paz y provechoso. El<br />
hombre debe dejar a su padre y a su madre y unirse a su esposa. Sin embargo,<br />
este proceso es mucho más fácil si es que él ha dado <strong>la</strong> oportunidad a sus padres<br />
a que lleguen a conocer y a aprobar a su novia. Los padres necesitan saber que su<br />
criterio es respetado y que sus hijos desean su bendición.<br />
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