la vida familiar.pdf - Megapagina Pentecostales del Nombre

satisfecho que estas dos personas pueden efectivamente comprometerse el uno
al otro.
Es necesario entender que Dios, y no el hombre, diseñó el matrimonio. En el
silencio del Huerto del Edén, antes de que el mal hubiera tocado al mundo, Dios
vio que no era bueno que el hombre estuviera solo. Dios creó una compañera
apropiada para el hombre, dos personas complementándose y correspondiéndose
el uno al otro, y estableció el rito del matrimonio.
Debemos enfatizar la importancia de lo que va a suceder en la unión de estas dos
personas. El matrimonio es la fundación de la vida hogareña y del orden social, y
debe permanecer así hasta el fin de los tiempos. El matrimonio fue santificado y
honrado por nuestro Señor Jesucristo. De modo que el hombre dejará a su padre
y madre, y se unirá a su esposa; y los dos serán una sola carne.”
Después de esta seria y especial introducción, el varón de Dios guía a la pareja
en los votos (pacto) matrimoniales. Hay muchas maneras en que esto puede
hacerse, pero aquí dejamos un ejemplo sacado de “La Guía del Pastor — Manual
Para La Adoración”, 1934, Bautistas del Sur:
“PASTOR: Tú ________ (Novia) y tú __________ (Novio) habiendo venido a mí
anunciando su deseo para ser formalmente unidos en matrimonio, y estando
seguros que ninguna barrera legal, moral o religiosa impide esta unión, yo les
pido que unan sus manos derechas y atiendan a la pregunta que les haré.
“__________ (Novio) Al tomar a la mujer a la cual estás cogiendo su mano
derecha para que sea legalmente tu esposa, yo requiero que tú prometas amarla
y quererla, honrarla y sustentarla, en la enfermedad así como en la salud, en la
pobreza así como también en la riqueza, en lo malo que tal vez oscurezcan tus
días, en lo bueno que tal vez alumbren tus caminos, y serle fiel en todas las
cosas hasta que la muerte los separe. ¿Lo prometes?
“NOVIO: ‘Sí prometo’.
“PASTOR: __________ (Novia) Al tomar al hombre quien te coge de tu mano
derecha para ser legalmente tu esposo, yo requiero que tú prometas amarlo y
quererlo, honrarlo y sustentarlo, en la enfermedad así como también en la salud,
en la pobreza así como también en la riqueza, en lo malo que tal vez oscurezcan
tus días, en lo bueno que tal vez alumbren tus caminos, y serle fiel en todas las
cosas hasta que la muerte los separe. ¿Lo prometes?
“NOVIA: ‘Sí prometo’.”
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