Condes Vampiro - ¡Cargad!
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comunicadas entre sí mediante puentes, como si sus habitantes hubieran de visitar a sus<br />
vecinos. Estas ciudades acabaron formando una gran red de estructuras intercomunicadas.<br />
La práctica de saturar los cuerpos con preservadores alquímicos especiales y amortajar los<br />
cadáveres con sudarios fue extendiéndose cada vez más. Los príncipes guerreros eran<br />
enterrados con toda su armadura, sus carruajes y los caballos que tiraban de ellos. Cada<br />
necrópolis pronto contuvo legiones de muertos.<br />
Unos dos mil años antes del nacimiento de Sigmar, aproximadamente hace unos<br />
cuatro mil quinientos años, Nagash nació en Khemri, la ciudad más grande del Gran Río. Era<br />
el hermano del Rey Sacerdote reinante, un poderoso guerrero muy versado en la magia<br />
primitiva de su gente. Desde muy pequeño, Nagash estuvo obsesionado con la muerte.<br />
Recorrió la necrópolis de la ciudad y penetró en las viejas tumbas. Observó a los<br />
embalsamadores cuando preparaban a los muertos antes del entierro. Observó como los<br />
guerreros heridos en la batalla se extinguían y morían, y decidió que él nunca moriría.<br />
Nagash realizó experimentos innombrables en su búsqueda de la inmortalidad, y<br />
pronto la gente de la ciudad empezó a esquivarle. Como era un hechicero innato y brillante,<br />
sus experimentos tuvieron éxito, y logró destilar un elixir de sangre humana que prolongaba<br />
la vida de quien lo bebía. Pronto tuvo un grupo de seguidores leales y depravados con los<br />
que compartió su descubrimiento. En un sangriento golpe de estado, Nagash tomó el control<br />
de Khemri y enterró vivo a su hermano en la Gran Pirámide construida por su padre.<br />
Al haber prolongado su vida, Nagash y sus seguidores tuvieron más tiempo para<br />
estudiar la Magia Oscura. Sus conocimientos pronto fueron superiores a los de los habitantes<br />
de las otras ciudades. Empezaron a considerarse dioses y, ver a los habitantes de Khemri<br />
como simple ganado. Los años pasaron a ser décadas y las décadas siglos, y los bebedores<br />
de sangre empezaron a evitar la luz del día y buscar los rincones frescos y oscuros para<br />
evitar los rayos del sol. Fijaron su residencia en las tumbas palaciegas de la necrópolis.<br />
Nagash supervisó la construcción de su propia gran Pirámide Negra, la mayor estructura<br />
nunca edificada por el hombre, especialmente diseñada para atraer los vientos de la magia<br />
oscura.<br />
Sin embargo, para los Reyes Sacerdotes de las otras ciudades-molestos desde<br />
hacía mucho tiempo por los eventos de Khemri- esto la última gota. Formaron una Gran<br />
Alianza contra Nagash y enviaron sus ejércitos a luchar con él. Durante la larga guerra que<br />
siguió, la Magia Oscura arrasó la tierra, y algunos oasis quedaron tan saturados de sus<br />
energías que a partir de entonces fueron evitados por los hombres. Después de casi un siglo<br />
de guerra constante, los ejércitos de los Reyes Sacerdotes lograron conquistar y saquear<br />
Khemri. Mientras huía de la ciudad ardiendo hacia las frías profundidades de su pirámide,<br />
Nagash dio media vuelta y amenazó con su puño a los ejércitos de los Reyes Sacerdotes.<br />
Prometió que sus ciudades se convertirían en polvo, y en menos que polvo. Los Reyes<br />
Sacerdotes se burlaron de él. Los seguidores de Nagash fueron capturados uno a uno en el<br />
interior de la pirámide y gritaron horrorizados cuando los sacaban a rastras para decapitarles<br />
y quemarles. Los Reyes Sacerdotes derribaron todas las construcciones de Nagash. Todos<br />
los monumentos de Khemri fueron derribados, y todas las tumbas saqueadas. Todos los<br />
rastros de Nagash desaparecieron. Pero no encontraron al propio Nagash. Aunque sus<br />
discípulos afirmaron haberle visto entrar en su sarcófago, el ataúd estaba vacío.<br />
En contra de los pactos acordados entre los Reyes Sacerdotes, los gobernantes de<br />
Lahmia robaron los libros de Nagash de su infame Biblioteca Negra. Durante años habían<br />
intentado emular su Magia Oscura. Eran más cautelosos que Nagash, y procuraron evitar<br />
que sus aliados supieran que estaban destilando su elixir de sangre.<br />
Mientras tanto, Nagash vagaba por el desierto. La sed quemaba su garganta. El<br />
hambre roía sus entrañas. Terribles visiones bailaban ante sus ojos. Debería haber muerto<br />
entre las ardientes arenas, pero su formidable fuerza de voluntad y su vitalidad antinatural le<br />
permitieron seguir adelante. Según la traducción que Kadon hizo de su obra, Nagash<br />
aseguraba que había muerto y vagado sin rumbo durante cierto tiempo después de morir,<br />
hasta que encontró una forma de volver al mundo de los vivos. Muchos eruditos afirman que<br />
esto no fue más que una alucinación irreal causada por las privaciones y la sed, pero otros