Condes Vampiro - ¡Cargad!
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III- El Terror de los Skavens<br />
Zurcir el magnífico, vidente gris, elegido del consejo de los trece, señor de Skavens,<br />
portador de la palabra de la Gran Rata Cornuda, señor de los elementos y el bendecido por<br />
la decimotercera hora, estaba algo intranquilo. Desde hacía un tiempo que los esclavos<br />
Skavens se quejaban de extrañas visiones de Goblins muertos, tras lo cual no tuvo otro<br />
remedio que hacer torturar a la mitad para dejar la moral alta. Para dejar SU moral alta. Y<br />
para demostrar a sus enemigos en la sombra que sabía que hacer en caso de encontrar a<br />
alguno de ellos. Las torturas que ordenó fueron muy tortuosas, claro, pero también muy<br />
originales. Seguro que ninguno de sus enemigos sabía el alambre de cobre tenía tantas<br />
aplicaciones.<br />
En aquellos momentos Zurcir el magnífico, vidente gris, elegido del consejo de los<br />
trece, señor de Skavens, portador de la palabra de la Gran Rata Cornuda, señor de los<br />
elementos y el bendecido por la decimotercera hora, estaba disfrutando de la compañía de<br />
sus criadoras, un placer que como todo buen vidente gris no desaprovechaba en ningún<br />
momento, pues la suya era la más merecedora de las semillas. Claro que en cuanto sus<br />
vástagos nacían, se los comía. Una simple cuestión de supervivencia, podría ser que entre<br />
ellos hubiera alguien igual de poderoso e inteligente que él y no podía permitirlo. Era pura<br />
lógica Skaven (Como en el resto de su existencia, también en esto los Skaven hacen trampa.<br />
Utilizan la lógica en vez del sendito común cuando les parece bien. Es bien sabido que<br />
utilizar la lógica es hacer trampas, pues con un poco de esfuerzo mental se puede llegar a<br />
demostrar que los elefantes, los autobuses de dos plantas y la coliflor tienen la misma semilla<br />
genética.).<br />
En aquel momento, en la caverna se oyó un terrible retumbar. Esto normalmente no<br />
habría preocupado a Zurcir el magnífico, vidente gris, elegido del consejo de los trece, señor<br />
de Skavens, portador de la palabra de la Gran Rata Cornuda, señor de los elementos y el<br />
bendecido por la decimotercera hora, pero aquella era una zona geológicamente activa, pero<br />
en los retumbares naturales, el sonido venía de la propia roca. En cambio este parecía<br />
empeñado en entrar en ella.<br />
Zurcir el magnífico, vidente gris, elegido del consejo de los trece, señor de Skavens,<br />
portador de la palabra de la Gran Rata Cornuda, señor de los elementos y el bendecido por<br />
la decimotercera hora, dejó a la criadora a su suerte y fue hacia la salida (no sin antes haber<br />
cogido la maltrecha túnica que lucía ante el resto del clan), y echó una rápida mirada para<br />
encontrar a alguien que le dijera que demonios estaba pasando, y ocasionalmente echarle la<br />
culpa. Pero todo lo que encontró fue una gran cantidad de Skavens que se dirigían hacia la<br />
salida más cercana. Y por un capricho del destino (Los Altos Elfos de Ulthuan, al igual que<br />
los antidiluvianos Slann, creen que el destino está escrito desde hace eones y que se debe a<br />
un gran plan a nivel universal ideado por los Ancestrales. En cambio los adoradores de los<br />
dioses Caóticos creen que el destino en sí no existe, y que todo es producto del azar y del<br />
principio de incertidumbre, que la máxima del universo es que no sabes que va a pasar al<br />
segundo siguiente y que la mutación está de moda. Lo que ninguna escuela de pensamiento<br />
sabe es que el destino si existe y por alguna extraña razón, el creador lo dotó de un singular<br />
sentido del humor) el trayecto pasaba justo por la posición de Zurcir el magnífico, vidente<br />
gris, elegido del consejo de los trece, señor de Skavens, portador de la palabra de la Gran<br />
Rata Cornuda, señor de los elementos y el bendecido por la decimotercera hora.<br />
Pero el vidente gris no amilanó. Sabía exactamente lo que tenía que hacer, no en<br />
vano era quien era y había llegado donde había llegado. Y una estampida de cobardes<br />
lloricas no iba a acabar con su carrera. Así que hizo acopio de todo su valor, de toda su<br />
fuerza, experiencia y maldad y...se lanzó a un lado, cubriéndose tan bien como pudo.<br />
Al parecer el vidente gris sí estaba bendito, por que ninguno de los integrantes del<br />
grupo "Salvad a las ratas, preferentemente a mi" llegó siquiera a rozarle. Fue entonces<br />
cuando Zurcir el magnífico, vidente gris, elegido del consejo de los trece, señor de Skavens,<br />
portador de la palabra de la Gran Rata Cornuda, señor de los elementos y el bendecido por<br />
la decimotercera hora, empezó a deducir que había algo realmente malo ahí fuera y que<br />
estaba haciendo estragos en la población del clan. Y era algo que era capaz de hacer sentir