Artifex cuarta época - Asociación Cultural Xatafi

Carlos Martínez Córdoba
21
El hombre de la basura
buena profesora, Alicia. Lo presiento. Sobre todo quiérelos, quiérelos
mucho.
Ofelia se despidió con una mirada, renqueó por el camino empedrado
y salió a la calle. Comenzó a caminar muy despacio, como si
tratara de disimular su cojera. Alicia la observó hasta perderla de vista
y regresó al comedor. Cogió la carta de Teresa, pasó su lengua por la
solapa engomada y cerró el sobre.
* * *
Álvaro era bajo y regordete, y enormemente inquieto. Se veía que permanecer
en su asiento toda una hora le suponía un verdadero suplicio.
Alicia se preguntaba qué ocurriría cuando las clases empezaran a ser
menos atractivas que esa tertulia con la que había comenzado su vida
docente. Sin embargo, tanto él como sus compañeros se habían comportado
como si existiera un acuerdo tácito para respetar el primer día
de su nueva profesora; pero sólo hasta entonces.
Como el resto del colegio, el aula era demasiado amplia para tan
pocos niños. Las mesas se dispersaban dejando grandes espacios, e incluso
había cuatro libres; con facilidad podrían caber el doble de alumnos.
A través de las dos grandes ventanas Alicia podía ver su casa. Entre
ellas colgaba un gran panel de corcho con unas cuantas chinchetas
hundidas hasta su cabeza coloreada. Un perchero muy largo, libre en su
mayor parte, sujetaba los abrigos al fondo de la clase.
Alicia había entrado ante la atenta mirada de sus trece alumnos
tranquilamente sentados en sus sillas, había saludado y había recibido
una contestación tan unánime que pareció fruto de repetidos ensayos.
Antes de salir de casa, había reservado unos minutos para contemplarse
en el espejo. Por la noche, había preparado sus pantalones y
chaqueta grises y su blusa blanca; pero nada mas levantarse le pareció
una combinación muy oscura para una clase infantil, excesivamente
elegante. Había tenido que desnudarse y vestirse dos veces más para
terminar escogiendo sus vaqueros, los menos usados, y el jersey azul