Artifex cuarta época - Asociación Cultural Xatafi
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Sergio Gaut vel Hartman<br />
Marcas, señales<br />
La playa de carga estaba silenciosa y oscura; libre de los rayos solares<br />
que producían la ilusión de movimiento, las vigas y monturas, los perfi -<br />
les y bastidores que pocos minutos antes habían dado una apariencia de<br />
mágica agitación al lugar, lucían inertes. Incluso las láminas escamadas,<br />
que habían constituido el portal, pasaban ahora por unas rudimentarias<br />
cortinas de material plástico, de las que se usan en los almacenes<br />
suburbanos para impedir el vuelo de las moscas y el polvo.<br />
—Gracias, don —dijo Lagartija. Entre penumbras, Stein vio brillar<br />
los ojos del chico. Parecía haberle vuelto el alma al cuerpo. Y también<br />
a él. La normalidad, la calma del sitio habían disipado por completo las<br />
conjeturas de muerte.<br />
—¡Qué experiencia! —dijo Stein, o trató de hacerlo; las palabras<br />
salieron bufando y pasaron de largo.<br />
—¿Y ahora? —dijo el chico.<br />
—En tu casa deben estar asustados.<br />
Lagartija se encogió de hombros. —No —dijo—. Mi vieja está<br />
acostumbrada. Pero quiero saber qué pasó.<br />
—Llévale el dinero —dijo Stein sonriendo.<br />
—¿El dinero? Ah, la plata, cierto —dijo el chico palpándose el<br />
bolsillo. Stein, a pesar de la oscuridad, creyó divisar el destello blanco<br />
de una sonrisa.<br />
—Te acompaño. Espero que el señor ese, representante, no esté<br />
imaginando ningún disparate.<br />
—¿Mantegari? Es un buen tipo, mi padrino; me va a llevar a jugar<br />
al Juventud, en Italia.<br />
—La Juventus.<br />
—Eso.<br />
—¿Será verdad?<br />
—¿Por qué no? Soy bueno, parece. Dicen que puedo llegar a ser<br />
como el Diego...<br />
Salieron juntos del depósito y casi de inmediato, como si hubiera<br />
estado oculto entre las sombras, los golpeó el silencio. Pero no era un<br />
silencio común, sino un jadeo, un moroso lengüetazo resbalando por<br />
los fl ancos de la realidad, sin encontrar resistencia.<br />
—Algo pasa, algo raro —dijo Stein.<br />
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