Junio Nº 91 - Biblioteca Virtual El Dorado
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<strong>El</strong> Espíritu de la Iglesia Bajo Juan XXIII y<br />
Paulo VI<br />
Dr. RICARDO ARIAS CALDERON<br />
N Habemus papamN. estas palabras sencillas, con las que se anuncia a<br />
Roma y al Mundo la elección de un nuevo Pontífice, traducen la alegría espontánea<br />
y sincera de los hijos, al reconocer a su padre por primera vez<br />
después de una penosa ausencia. Animado por esta emoción, cualquiera de<br />
los hijos se siente capaz de expresar su gozo filial, sin necesidad de recurrir<br />
a términos o gestos inusitados. porque los sentimientos hondos y fuertes<br />
se arraigan en el corazón de cualquier hombre y de aiií brotan con la naturalidad<br />
de la savia vivificadora. Perml1ídme que sea yo quien. en vísperas<br />
de la fiesta de San Pedro y San Pablo, a dos dÍs solamente de la coronac16n<br />
de un nuevo Pablo como sucesor de San Pedro, les exprese, a Ud., Excelentísimo<br />
Señor Nuncio, y a Uds" Excelentísimos Señor Arzobispo y Señores Obispos,<br />
el sentimiento de paz jubilosa que abrigamos nosotros los panameños al<br />
saber que el Señor ha escogido para ser nuestro Supremo Pastor a su Santidad<br />
Paulo Vi; Y esta expresi6n es tato más grave y solemne que me toca presentaselas<br />
ante los Excelentís1mos Señores Representantes Diplomáticos de<br />
diversos países.<br />
En este prop6sito, de sí harto ambicioso. nos guían las palabras que el<br />
entonces Cardenal Juan Bautista Montlni, hoy su Santidad Paulo Vi, pronunci6<br />
refiriéndose N N o miremos al Pontífice atrás, recilm decía, muerto: no miremos hacía éi, sino hacia el horizonte<br />
que él abrió lUte el camino de la Iglesia y de la historia. Si pretendiésemos<br />
fijar los ojos en su tumba, ahora sellada, podríaos hablar de su legado. que<br />
esa tumba no puede contener, del espíritu que éi proporcionó a nuestra era y<br />
que la muerte no puede sofocar. N os veríamos entonces obligados no a describir<br />
su pasado, sino a predecir su inluencia en el futuro. Que dejó Juan<br />
XXll a la Igiesia y al mundo que jamás puede desaparecer? Juan XXli levantó<br />
algunos hitos en nuestro sendero que sería conveniente no sólo recordar,<br />
sino seguir. Podemos (acaso) desviarnos de la senda que él abr16 con tanta<br />
audacia en la futura historia de la religión, la senda de la universalidad de la<br />
fe católica? La del ecumenismo? <strong>El</strong> Papa Juan ha personifcado y expresado<br />
de tal manera el carácter esencial de la Iglesia Católica que dió librtad a sus<br />
laentes energías en una dobie dirección, exterior e interior a la Iglesia misma".<br />
Así, de acuerdo con las palabras del que actualmente es nuestro Padre<br />
Común, Juan XXIIl le leg6 a nuestra era un espíritu del que no podemos desviamos<br />
y se lo legó en cuanto supo personlficar y expresar el cárácter esencial<br />
de la Iglesia Cat6lica.<br />
Yo me permitiría sugerir que ese espíritu es el don de lenguas, no entendido<br />
en su sentido primitivo y carismático, sino en un sentido actal y corriente,<br />
como el don de dilogo. Si consideramos li gran obra pastoral de Juan<br />
XXIl1, a saber el segundo Concilio dei Vaticano, nos damos cuenta que marca<br />
dentro de la Iglesia un renacimiento vigoroso de la comunicación franca y<br />
abierta y de la discus16n fraternal, tanto entre los Pastores como entre los<br />
Seglares y aún entre los Seglares y Pastores. La decluac16n de la lnal1..<br />
bUidad papa parecía har rendido inútil lis grandes confrontaciones eplBcopales<br />
de antaño, y la ausencia de estas confrontaciones había acrediado la<br />
impres16n que en el ámbito de la fe ia discus16n reñía con el principio de<br />
autoridad. <strong>El</strong> llamado al ConcUlo destruy6 estas falsas apreciaciones, indicando<br />
que la iniciativa y el poder del sucesor de San Pedro se ejercen en re,:<br />
lacibn con las prerrogativas de los sucesores dei Colegio Apost611co, y sugi..<br />
gir1endo que la fe, considerada no solamente como ley que se le impone a la<br />
inteligencia, sino también como principio que la vivifica, Incita a la comu..<br />
nicac16n entre los creyentes. Bajo ia dirección del Sumo Pontífice, la Igie-<br />
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LOTERIA