Junio Nº 91 - Biblioteca Virtual El Dorado
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De las cuatro repúbl1cas que concurrieron al Congreso de Panamá, solamente<br />
Colombia ratifcó el Tratado de Unión, Liga y Coiúederación votado en<br />
el mismo; las demás Convenciones no fueron ratificadas.<br />
<strong>El</strong> Congreso de Panamá no pudo continuar su obra en Tacubaya, no obstante<br />
los esfuerzos del Gobierno Mexicano que, por tres veces consecutivas, dirigió<br />
circulares de invitación (1831, 18;\8, 1840) para reunir un segundo Congreso<br />
americano, con el objeto de pactar tratados de Alianza, asegurar la integridad<br />
territoria, convenir el arbitraje general obligatorio y preparar un Código de<br />
Derecho Interncional que rija las relaciones de las Repúblicas de este Continente.<br />
Todas estas iniciativas fracasaron debido a las luchas intestinas y a<br />
la anarquía disolvente en que quedaron sumidos varios Estados hispanoamericaos,<br />
E 1 mismo Salivar, al percatarse de las disidencias surgidas en el seno del<br />
Congreso sobre su tesis originaria de cómo debía funcionar su soñada Anfictionla,<br />
se sintió decepcionado al finaL. En la carta a Piez, a raíz de estos acontecimientos,<br />
se encuentra esta amarga, reflexión; "<strong>El</strong> Congreso de Panamá, institc16n<br />
que debiera ser admirabie si tuviera más eficacia, no es otra cosa que<br />
aquel loco griego que pretendía dirigir desde una roca, los buques que navegaban.<br />
Su poder será una sombra y sus decretos, consejos; nada más".<br />
La América hispana no podía marchar unida ni aún bajo la inspiración del<br />
genio de S olivar , E 1 mismo también lo presintió en la carta de Jamaica.<br />
Sin embargo, el veredicto de la historia rendido por f11osofos, estadistas,<br />
historiadores, internacional1stas, de todas las latitdes, es un veredicto unánime<br />
a favor de BoUvar y su grandiosa concepción, frustrada tan solo por las circustancias<br />
ambientales que prevalecían en el siglo XIX.<br />
<strong>El</strong> estudio reflexivo que el Dr. Ricardo J . Aliaro hace sobre los protocolos<br />
del Istmo, que aparece en un folleto del ano 1956, nos demuestra en forma<br />
elocuente, "lo que fue el genio pol1tico de Solivar y esa visión extraordinaria<br />
que le da titulo a que se le considere precursor de los principios. las ideas y<br />
los planes más grandiosos de la civilizaci6n contemporánea en el campo internacional"<br />
.<br />
y concretando más su pensamiento sobre la repercusión internacional<br />
lograda por dichos protoc1os, el admirado profesor Dr. Aliaro, al finalizar su<br />
dictamen, dice asl;<br />
"Tales fueron los célebres pactoS a los cuales pusieron sus firmas hace<br />
ciento treinta años en la ciudad de Panamá los representantes de la ideología<br />
internacional bol1variana. Tales fueron aquellos "protocolos del Istmo" que<br />
el Libertador vislumbraba como fuente del derecho púlico del futuro.<br />
Tales fueron los acontecimientos inolvidables mediante los cuales el guerrero se<br />
despoja de sus arreos militares, y vestido con la toga del magistrado, se ofrece<br />
a la veneración de la posteridad, glorificado con los títulos de padre del panamericanismo,<br />
precursor de la organización mundial, apóstol de la paz, evangelista<br />
de la conciliación, arquitecto de la justicia internacional, profeta de un nuevo<br />
derecho de gentes, propulsor de la solidaridad humana, gigante que se adelanta<br />
a su tiempo y sale al encuentro del porvenir con esas trancadaS descomunales<br />
que sólo puede dar el genio en la marcha de la humanidad hacia la realización<br />
de sus destinos".<br />
Los resplandores de la revolución nortamericana de 1776 Y de la revolución<br />
francesa de 1789 deslumbraron, sin duda, a los pueblos de la América<br />
hispana. Y asi fue como se creó el ambiente social propicio para la transformación<br />
radical de esos pueblos. Y luego aparecen a principios del siglo<br />
diez y nueve en América, "como ull prodigio simultaneo" Sol1var, Artigas,<br />
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LOTERIA