Junio Nº 91 - Biblioteca Virtual El Dorado

ar ia pronta reunión de un congreso americano. Don Miguel Santamada es enviado
a México y Don Joaquín Mosquera a las Repúlicas de América del Sur.
De las lnstrucciones que Bolivar da a SUB plenipotenciarios, el párrafo que
voy a leer pone de relieve cuál es el móvil que lo inpira. Dice as!: ''N ada
en este momento interesa tanto al gobierno de Colombia como la formación
de una Liga verdaderamente americana. La confederación proyectada no debe
fundarse únicamente en el principio de una alianza defensiva y ofensiva
ordiaria: debe, en cambio, ser más estrecha que la que se ha formado recientemente
en Europa contra la libertad de los pueblos. Es necesario que
la nuestra sea una sociedad de naciones-hermanas, separadas por ahora en el
ejercicio de su soberanla por el curso de los acontecimientos humanos, pero
unidas, fuertes y poderosas para sostenerse contra las agresiones del poder
extranjero" .
E stlmo oportuno recordarles que entre los enemigos que confrontaban
los Estadoa Americanos llegó a surgir, en un momento dado, uno más temible
que la misma E spaña: los Soberanos coaligados en la Santa Aliaza. A ella
se refiere Bolivar en el parrafo ieldo.
La Santa Alianza simboliza, en verdad, el mundo tradicionalista y conservador
y se yergue amenazante contra los pueblos de toda la tierra, que pugnan
por cambiar el orden social vigente. Por eso, en desarrollo de esta politica, en
el Congreso de Verona, laSantaAliazaordenóa Francia restablecer, por mecUo
de las armas, el absolutismo de Fernando VIl en Espaa. Para justificar este
acto dec1a Metternich, el portavoz de la Alianza: 'Vn esp1ritu de lnnovación o,
mejor dicho, de desorden, amenaza la calma de todos los Estados. Es preciso
oponerle un lnstinto de conservación, buscar la consolidación y fortificación de
las lnstituciones que existen, antiguas o modernas, lo mismo da, con tal de que
tengan un origen letltimo, que deben ser mantenidas a todo trance H. Y B olivar,
que slmboUza en ese entonces las fuerzas renovadoras dellibralÍsmo, acepta
el reto de las fuerzas reaccionarias en el mundo y se les enfrenta con denuedo
y redoblados esfuerzos para vencerlas. Y su palabra candente no s610 fustiga
a los reaccionaios de E uropa sino a los de América que lo combaten abierta
o solapadamente.
Vean cómo esclarece Bolivar su posición ideológica sobre estos puntos en la
carta que le dirige a Santander desde Pativilca, el 23 de enero de 1824, cuando
se entera de que Fernando VIlreasume el poder absoluto por obra y gracia de la
Santa Alianza. Dice en parte as!: "Ayer nos ha llegado la inmensa noticia de la
catástrofe de la causa liberal de Espaa, con ei triuno súbito y completo de los
serviles. Este suceso aumenta rapidamente la celeridad de las ruedas que conducen
ei carro de nuestra revolución; pero, al mismo tiempo que la apresura,
le opone tropiezos y saltos que no dejarán de damos sacudimientos terribles.
Me contraeré: la reunión de Fernndo a los serviles y a los aliados triunfantes
de los constitucionales parece que debe causar algû retroceso en ios negocios
de América; desde luego, los españoles quedan libres de un parte de sus
atenciones europeas. Por la otra, estos godos de América no dejarán de, concebir
esperanzas de la continuación de la guerra y de auxilios españoles, como
ya lo anuncia ahora mismo los extranjeros neutrales que han mandado las noticias
del trilo de los serviles y de Fernando. Los godos del Perú han profesado
altamente la opinión hasta ahora de no reconocer la independecia de
América, ni aun cuando el gobierno español la reconociese; todo esto aun antes
de sus victorias".
Años antes, en sufamosacarta deJamaica, al dictaminar sobre la situac16n
poHtica del Perú, Solivar había hecho la siguiente rotunda afirmación: "El Peri
encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal: oro y esclavoS.
E i prlmero lo corrompe todo: el segundo está corrompido por si mismo",
y el régiien liberal, tras arduas y cruentas luchas, al fln se impone. Los
godos de Europa y de América fueron vencidos o doblegados. La Europa esclavizadora
y esclavista, y el réglmen colonial espaol, así mismo caracterizado,
tuvieron que ceder ante el nuevo orden. El proceso, claro está fue lento pero
seguro; se fue lmponiendo de modo irrevocable.
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LOTERIA