10.05.2013 Views

Kasbah nº 23 - Ministerio de Educación

Kasbah nº 23 - Ministerio de Educación

Kasbah nº 23 - Ministerio de Educación

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

“Necesitamos soluciones”. Si<br />

tuviéramos que elegir una frase que<br />

pudiera resumir los últimos años que ha<br />

vivido nuestra sociedad no necesitaríamos<br />

más que esas dos palabras. Aunque<br />

a <strong>de</strong>cir verdad, nunca una proposición<br />

tan simple había llegado a <strong>de</strong>sgastarse<br />

tanto, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> la rama<br />

i<strong>de</strong>ológica a la que perteneciera el sujeto<br />

que la dijera. Y es en eso en lo que<br />

resi<strong>de</strong> actualmente la manera que tiene<br />

el mundo <strong>de</strong> ver la política. No es fácil<br />

hallar las diferencias entre los discursos<br />

<strong>de</strong> unos y <strong>de</strong> otros, aunque nuestras<br />

en<strong>de</strong>bles mentes se han ido amoldando<br />

<strong>de</strong> tal manera que ya ni siquiera nos<br />

interesa saber quién pronuncia esas<br />

palabras casi propagandísticas. Ahora<br />

sencillamente prima la forma sobre el<br />

contenido.<br />

Pero sería muy poco original tratar <strong>de</strong><br />

analizar la conducta o la manera <strong>de</strong><br />

pensar <strong>de</strong> todos aquellos políticos que,<br />

en el afán <strong>de</strong> pregonar sus i<strong>de</strong>as por<br />

doquier, ofrecen al público un mensaje<br />

que parece diseñado siempre por el<br />

mismo artífice. El mismo discurso para<br />

todos, cambiando términos clave que<br />

consiguen esclarecer cuál es realmente<br />

su postura i<strong>de</strong>ológica, o contra quienes<br />

están. Y al igual que lo propuesto en el<br />

ensayo <strong>de</strong> A<strong>de</strong>la Cortina, se acaban<br />

cambiando las buenas intenciones por<br />

una triste ley <strong>de</strong> la oferta y la <strong>de</strong>manda<br />

aplicada a una política para borregos<br />

cuyo único fin es captar a<strong>de</strong>ptos.<br />

Y en este marco social es don<strong>de</strong> realmente<br />

se pue<strong>de</strong>n diferenciar las actitu<strong>de</strong>s<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> lo que algunos llaman<br />

política. Normalmente se intenta discriminar<br />

a una población en función <strong>de</strong> si<br />

sus componentes son <strong>de</strong> izquierdas o<br />

<strong>de</strong>rechas, pobres o ricos, opresores u<br />

oprimidos. Yo creo que la verda<strong>de</strong>ra<br />

clasificación <strong>de</strong> las personas a día <strong>de</strong><br />

hoy va mucho más allá y mete en el<br />

mismo saco tanto a unos como a otros.<br />

En primer lugar, podríamos referirnos<br />

al colectivo que hoy en día está en el<br />

punto <strong>de</strong> mira <strong>de</strong> medios <strong>de</strong> comunicación,<br />

tertulias televisivas y charlas <strong>de</strong><br />

café: los “indignados”. Des<strong>de</strong> la<br />

Revolución Francesa (otrora un símbolo<br />

<strong>de</strong> libertad y lucha por la <strong>de</strong>mocracia),<br />

los que se han sentido agobiados por el<br />

yugo <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r han salido a las calles a<br />

manifestar su <strong>de</strong>scontento con el sistema.<br />

El socialismo <strong>de</strong> Marx, que proponía<br />

la revolución como medio <strong>de</strong> lucha<br />

contra la alienación que consumía el<br />

alma y la capacidad <strong>de</strong> razonar <strong>de</strong> los<br />

trabajadores, no hizo más que acrecentar<br />

la necesidad <strong>de</strong> cambio y hacer bullir<br />

al luchador que cada obrero llevaba<br />

<strong>de</strong>ntro. Otro tanto hicieron las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong><br />

pensadores como Proudhon o Bakunin,<br />

que por muy parecidas que fueran, solo<br />

conseguían dividir a una clase social<br />

<strong>de</strong>macrada por la opresión y la injusticia<br />

laboral. Por otra parte, no solo la extrema<br />

izquierda o las posturas libertarias<br />

han marcado la historia <strong>de</strong> la lucha por<br />

el cambio. Este fenómeno también se ha<br />

dado en la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong>l espectro político,<br />

y eso se <strong>de</strong>ja ver en la ingente cantidad<br />

<strong>de</strong> golpes <strong>de</strong> estado que han tenido<br />

lugar encabezados por lí<strong>de</strong>res canónicos<br />

e i<strong>de</strong>ales que prometían una patria<br />

unida y libre. A pesar <strong>de</strong> todo, sin<br />

importar la i<strong>de</strong>ología política, los extremos<br />

siempre han <strong>de</strong>sembocado en<br />

gobiernos <strong>de</strong> sátrapas caracterizados por<br />

la sangre y por la exaltación <strong>de</strong> los sentimientos<br />

<strong>de</strong>l otro polo.<br />

La herencia que tenemos <strong>de</strong> estas tradiciones<br />

casi seculares <strong>de</strong> lucha y venganza<br />

no tiene nada que ver con lo que<br />

ocurría hace solo cincuenta años, cuando<br />

comunistas y capitalistas se disputaban<br />

el mundo cual tablero <strong>de</strong> Risk. La<br />

era digital ha convertido a los “indignados”<br />

en un grupo en<strong>de</strong>ble y prácticamente<br />

sin capacidad crítica ni ambiciones.<br />

Están movidos por las re<strong>de</strong>s sociales<br />

y por falsos ídolos que no predican con<br />

el ejemplo que pregonan, por ór<strong>de</strong>nes<br />

<strong>de</strong> billeteras más po<strong>de</strong>rosas que sus<br />

voces. No saben realmente cómo funciona<br />

el sistema o qué podrían hacer<br />

para cambiarlo, pero está <strong>de</strong> moda ser<br />

diferente. El mejor ejemplo, el 15M. Sus<br />

infinitas protestas tanto en las calles<br />

como en los medios <strong>de</strong> comunicación<br />

han caído en saco roto por un simple<br />

motivo: no tenían ni i<strong>de</strong>a. ¿Pero qué se<br />

pue<strong>de</strong> esperar <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> jóvenes<br />

que salen a acampar en las plazas armados<br />

<strong>de</strong> teléfonos <strong>de</strong> última generación y<br />

cuya rabia interior no les permite ver la<br />

magnitud <strong>de</strong> sus acciones? Tal vez<br />

supieran que la solución pasaba por<br />

rebelarse, pero eso les impidió ver que<br />

para cambiar hacen falta i<strong>de</strong>as y no es<br />

suficiente i<strong>de</strong>ntificar al enemigo. Gran<br />

parte <strong>de</strong> la población les preguntó: ¿Y<br />

<strong>de</strong>spués qué? Ellos tampoco lo sabían, y<br />

por ello ahora estamos igual o peor que<br />

cuando empezó todo.<br />

Otro problema <strong>de</strong> este gran colectivo<br />

es la ausencia <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res claros. O más<br />

bien la existencia <strong>de</strong> lí<strong>de</strong>res en la sombra.<br />

Pue<strong>de</strong> que su afán <strong>de</strong> cambio (in<strong>de</strong>pendientemente<br />

<strong>de</strong> su marca política),<br />

sea sincero, pero es más fuerte la rabia<br />

que sienten hacia el po<strong>de</strong>roso. Y todo<br />

este odio hacia el que tiene más po<strong>de</strong>r<br />

se <strong>de</strong>be a que esos falsos ídolos querrían<br />

estar don<strong>de</strong> los primeros. Como dije<br />

antes, los propósitos y los i<strong>de</strong>ales se<br />

<strong>de</strong>jan atrás cuando la sensación <strong>de</strong> control<br />

y superioridad hace su entrada. Y si<br />

no, ahí están los muertos <strong>de</strong> los gulags,<br />

<strong>de</strong> Auschwitz o <strong>de</strong> la Revolución<br />

Cultural china, a manos <strong>de</strong> quienes<br />

empezaron siendo humil<strong>de</strong>s trabajadores<br />

o campesinos.<br />

Por encima <strong>de</strong> ellos se encuentran los<br />

que mueven las fichas, los que cortan el<br />

pastel. Son el centro <strong>de</strong> todas las críticas,<br />

pero eso no merma en absoluto su<br />

capacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión sobre el pueblo.<br />

En este grupo se podría incluir a cientos<br />

<strong>de</strong> profesionales <strong>de</strong> alto rango: políticos,<br />

banqueros, empresarios… Pero ahí se<br />

queda, en un número limitado <strong>de</strong> personas<br />

que posee la mayor parte <strong>de</strong>l capital<br />

que mueve la economía mundial. Es el<br />

más vivo ejemplo <strong>de</strong> oligarquía que se<br />

pue<strong>de</strong> ver <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el feudalismo o el sistema<br />

caciquil <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XX<br />

en España. Sus políticas traicionan completamente<br />

el i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> capitalismo que<br />

concibieron hace casi dos siglos pensadores<br />

y economistas como Adam Smith<br />

y Stuart Mill. Y es todavía más fácil si las<br />

mentes <strong>de</strong> quienes están gobernados por<br />

ellos son tan maleables que olvidan su<br />

inacabable lista <strong>de</strong> problemas para acabar<br />

boquiabiertos <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> un balón o<br />

el entretenimiento que corresponda al<br />

lugar y la época. Panem et circenses,<br />

habrían dicho los antiguos.<br />

En <strong>de</strong>finitiva, vivimos en un mundo<br />

movido por la rabia y el po<strong>de</strong>r. Los<br />

po<strong>de</strong>rosos imponen su ley y quienes no<br />

intentan luchar contra ellos para ponerse<br />

en su lugar, simplemente siguen a<br />

quienes les convencen para arremeter<br />

contra su régimen. Mientras, otros prefieren<br />

sentarse <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la “caja tonta”<br />

y esperar a que el cambio venga como<br />

dado por sus dioses. Ninguna <strong>de</strong> las tres<br />

vías sirve, y lo peor es que seguimos sin<br />

darnos cuenta. Vamos, que necesitamos<br />

soluciones.<br />

86 <strong>Kasbah</strong> IEES Severo Ochoa Nº <strong>23</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!