10.05.2013 Views

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

BE CUATRO HOJAS. 163<br />

—¿Qué es lo que oigo? dijo el sherif, cuyos ojos<br />

se inf<strong>la</strong>maron <strong>de</strong> cólera. ¿De esta manera se me<br />

obe<strong>de</strong>ce? ¿Así se me respeta? Desdichados los que<br />

se han atrevido á mofarse <strong>de</strong> mi: yo les enseñaré<br />

que no sufro los insultos. Tú, merca<strong>de</strong>r, serás cas­<br />

tigado por tu impru<strong>de</strong>ncia, y tú, joven, pagarás tu<br />

locura.<br />

Diciendo esto l<strong>la</strong>mó á un negro que tenia un<br />

gran sable al costado, y mostrándole á Ornar y Ab-<br />

dal<strong>la</strong>h, hizo a<strong>de</strong>man <strong>de</strong> cortar el aire con <strong>la</strong> mano:<br />

a<strong>de</strong>man que equivalía á una sentencia <strong>de</strong> muerte.<br />

Los beduinos se miraron unos á otros estreme­<br />

cidos, pero ninguno, incluso el mismo Hafiz, se<br />

atrevió á reve<strong>la</strong>rse contraía voluntad <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scen­<br />

diente <strong>de</strong>l Profeta. Ornar oyó <strong>la</strong> sentencia sin con­<br />

moverse, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> investigar á su alre<strong>de</strong>dor<br />

con <strong>la</strong> mirada, levantó <strong>la</strong> mano é hizo una seña á <strong>la</strong><br />

negril<strong>la</strong>, que pareció no compren<strong>de</strong>rle. El hijo <strong>de</strong><br />

Mansur frunció el entrecejo con un jesto <strong>de</strong> cólera,<br />

murmurando:<br />

—¡Maldito <strong>de</strong>rvis! ¿si diría verdad? Mi confian­<br />

za en ese beduino va á per<strong>de</strong>rme. ¿Si lo habré que­<br />

rido mas <strong>de</strong> lo que pensaba?<br />

Abdal<strong>la</strong>h levantólos ojos hacia el ejecutor son­<br />

riendo.<br />

—Pobre niño, esc<strong>la</strong>mó Hafiz abrazando á su so­<br />

brino: yo soy <strong>la</strong> causa <strong>de</strong> tu muerte.<br />

—No, padre mió, respondió el joven. Dios es<br />

dueño <strong>de</strong> <strong>la</strong> última hora. Resignaos y conso<strong>la</strong>d á<br />

mi madre. No me compa<strong>de</strong>zcáis, para mí <strong>la</strong> muer­<br />

te es preferible á <strong>la</strong> vida.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!