10.05.2013 Views

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

cuatro hojas - Biblioteca Universitaria de la Universidad de Málaga

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

10 AZÍZ Y AZIZA.<br />

nociendo al principe, se a<strong>de</strong><strong>la</strong>ntó y besó <strong>la</strong> tierra <strong>de</strong>­<br />

<strong>la</strong>nte <strong>de</strong>l hijo <strong>de</strong> Suleiman.<br />

—¿Por qué no me has enseñado tus mercancías?<br />

le dijo Taj-el-Moluek.<br />

—¡Oh, señor! respondió el joven: no traigo na­<br />

da digno <strong>de</strong> tu gran<strong>de</strong>za.<br />

—No importa, dijo el principe, enséñame lo que<br />

traes, y dime quién eres. Si algo te aflige, yo ha­<br />

ré que cesen tus sufrimientos: si estás arruinado,<br />

yo pagaré tus <strong>de</strong>udas, porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que te he vis­<br />

to, siento turbados mi corazón y mi alma.<br />

Taj-el-Moluk hizo una señal á sus esc<strong>la</strong>vos: ac­<br />

to continuo le llevaron una sil<strong>la</strong> <strong>de</strong> marfil y ébano<br />

adornada <strong>de</strong> trenzas y flecos <strong>de</strong> seda y oro, y esten­<br />

dieron á sus pies un tapiz <strong>de</strong> seda. El principe se<br />

sentó, y mandando al estranjero que se colocase<br />

sobre el tapiz le dijo:<br />

—Enséñame tus mercancías.<br />

El joven trató <strong>de</strong> escusarse nuevamente; peroá<br />

una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Taj-el-Moluk fueron sus esc<strong>la</strong>vos á<br />

buscar los fardos <strong>de</strong>l merca<strong>de</strong>r. En vano lloró y sus­<br />

piró: le fué preciso mostrar sus mercancías al prin­<br />

cipe, fardo por fardo, pieza por pieza Al <strong>de</strong>splegar<br />

un vestido <strong>de</strong> seda bordado, que valia cuando me­<br />

nos dos mil piezas <strong>de</strong> oro, cayó un pañuelo <strong>de</strong> en­<br />

tre los pliegues <strong>de</strong> láte<strong>la</strong>. El joven se apresuró á<br />

cogerle ocultándole bajo su rodil<strong>la</strong>: su cabeza se<br />

turbó y es<strong>la</strong>mó entre gemidos:<br />

¡Oh! tú que el dolor renuevas<br />

<strong>de</strong>l corazón, ¿á qué vienes?

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!