El Cabildo del Rock

Divididos, Iván Noble... yo no sé si Gauvry no
tendría que haberse puesto una inmobiliaria también.
Desde el asiento de atrás, lo miro a Gustavo.
Parco, cortés, silencioso, impasible, me pregunto
cuál será la clave de su magnetismo. El Indio acaba
de internarse en su guarida y sólo cuando su figura
liviana termina de cerrarse para mis ojos, me paso al
asiento de adelante. Gustavo, entonces, me propone
una recorrida por el barrio.
-Porque yo creo que uno de los ejes de la historia
-me instruye- es Parque Leloir, porque el estudio
está acá y el Parque forma parte de su personalidad,
de su encanto.
”No obstante, al principio parecía un lugar
totalmente inadecuado para tener un estudio de
grabación. Tanto desde el punto de vista comercial
como desde el punto de vista tradicional. Los
estudios, en esa época, estaban todos en el centro, en
la ciudad. Y por otro lado, si pretendía hacer una
cosa más empresarial, me parecía que no la podía
hacer en Parque Leloir porque en ese momento -
estamos hablando de fines de los ’70, comienzos de
los ’80- era muy difícil llegar: no existía la autopista
del Oeste, no había teléfonos, ni siquiera había
recolección de residuos. Teníamos que quemar
nosotros la basura. Pero bueno, este lugar, que
parecía tan inapropiado para poner un estudio,
terminó siendo su caballito de batalla, su argumento
de venta.
Hace unos minutos que arrancamos. Le pido a
Gus que pare el auto. A medida que uno se interna
en el Parque, el silencio se va haciendo cada vez más
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