El Cabildo del Rock

Me quedé más tranquila. Si bien mi signo solar es
otro, yo también tengo ascendente en Escorpio.
Recordé lo que me había dicho un astrólogo amigo
cuando me hizo la carta natal: el agua de Escorpio es
un agua de fuego, Escorpio siempre busca la verdad,
el escorpión pica.
Ahora me había picado. Revolví mi taza de café y
sin mirarlo le pregunté cuál había sido la primera
canción que se grabó en el estudio. Antes de
responderme Gustavo me preguntó si me sentía bien.
-No -le dije. Y a continuación, con un estoicismo
digno de mejores motivos-: Pero lo superaré.
Debo admitir que a pesar de la molestia que me
ocasionó escuchar “Las mujeres anidan, los hombres
cazan”, esa frase despertó mi admiración por
Gauvry. Tardé varios meses en descubrir que no era
suya: era de Jerry Seinfeld. Para entonces tampoco
logró decepcionarme: yo me había convertido en
otra de las tantas personas que declararon su
independencia después de entrar en contacto con el
estudio Del Cielito. Acababa de separarme de mi
marido. Mi marido cazador. Fue por eso en realidad
que Gustavo me había traído toda su colección de la
serie Seinfeld. La separación y la mudanza se dieron
de forma subrepticia. La independencia, en cambio,
me fue recobrando en por lo menos tres etapas:
primero como declaración de principios olvidados;
después, como un modo elegante de reconstruirme;
finalmente, como la única manera de vivir que
merece la vida: sin concesiones. Me acuerdo que en
algún momento le dije a Gustavo:
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