Año 5, Vol. 5 - Nº 1 Marzo - Gaceta de Psiquiatría Universitaria

de la mente, en este caso las realidades actuales no determinan
de ningún modo el tipo de conexiones que
encuentran expresión. ¿Ha sido refutada la teoría conexionista?
No, no lo ha sido. Más bien los proponentes
de esta teoría plantearían que, para esta persona,
la dominancia de cierta conexión interna es tal que no
se necesita ningún estímulo especial para que aparezca.
En realidad hay influencias tanto externas como internas
pero, en este caso, el impacto de las externas es
virtualmente nulo.
A través de esta ilustración se hace evidente que el
nivel neurocientífico está subordinado al nivel fenomenológico
y no enriquece su comprensión. El insistir en
que hay siempre una influencia de la realidad actual externa,
pero que a veces tal influencia es nula, es simplemente
evitar decir que algunas veces no hay influencia
de la realidad actual y, de ese modo, evitar reconocer
que si hay o no tal influencia es un hecho fenomenológico,
no un hallazgo neurocientífico. La neurociencia
aquí no nos ayuda a entender si un paciente está
influenciado por la realidad actual, más bien, después
que esto se determina clínicamente, ofrece una explicación
biológica de tal influencia.
3. La falacia de que sólo el nivel biológico de explicación
puede describir qué es real en la mente.
Como hemos visto, la búsqueda de una teoría cognitiva,
que explicaría mejor los datos cognitivos nuevos, lleva
a los proponentes de la línea neurocientífica a adoptar
teorías neurocognitivas. Pero, como hemos visto también,
el cambio a nivel biológico no es ni necesario ni
tiene buenas bases. Pareciera permanecer en la noción
de que sólo a ese nivel de explicación pertenece a algo
real y concreto, mientras que los niveles psicológicos
de explicación (sean psicoanalíticos o de otro tipo) son
meramente metafóricos y siempre serán hipotéticos
(ver Westen y Gabbard, 2002 a, p. 57). No se han dado
razones para que este estatus preferencial sea concedido
al nivel de la explicación biológica.
Resumen e implicancias
Todos los fenómenos psicológicos requieren un sustrato
biológico y la biología puede establecer límites para la
experiencia psicológica. Esos hechos no están en cuestión.
Comprensivamente, esto puede llevar a aquellos
con interés en la relación entre los dominios psicológicos
y biológicos a estudiar algunos de los recientes
escritos neurocientíficos. Lo que cuestionamos en este
artículo es si el estudio de tales escritos contribuye de
alguna manera a la comprensión del psicoanálisis como
RACHEL B. BLASS Y zVI CARMELLI
teoría y como práctica, es decir, si las neurociencias son
de valor para el psicoanálisis per se. A través de nuestro
examen de los postulados del neuropsicoanálisis,
presentamos los argumentos a favor de tales estudios
y los supuestos de su valor, y destacamos los fuertes
supuestos subyacentes que conllevan: el psicoanálisis
tiene que ver con la memoria, con la interpretación
de los sueños, motivaciones y el funcionamiento de la
mente. Si ellos están determinados y limitados por las
redes neurales de la mente, entonces, por supuesto –se
argumenta– debemos conocer la naturaleza de esas
redes biológicas. De esta manera podríamos limitar los
intentos inútiles para convocar el pasado y entender
los sueños donde eso no es posible. Nuestras teorías
analíticas de la motivación, afecto y mente, podrían
ser modificadas de manera que estén de acuerdo con
lo que ya se ha probado y confirmado acerca de esos
sistemas en la realidad biológica y así ser validados
científicamente.
Pero, como hemos mostrado en el curso de este artículo,
esos supuestos subyacentes están guiados en forma
incorrecta. Ellos atribuyen a las neurociencias un potencial
más allá de su ámbito. Las neurociencias pueden
describir las redes neurales que subyacen a los fenómenos
psicológicos, a los patrones y tendencias, pero estos
fenómenos, patrones y tendencias son reconocidos y
sus leyes especificadas sin ninguna información acerca
de las neuronas que funcionan en forma concomitante.
Sólo una vez que sean reconocidos en el nivel psicológico,
pueden proceder las neurociencias con su descripción.
Pero esto no agrega nada al conocimiento psicológico
ya obtenido. Las neurociencias pueden decirnos
algo de la biología de la mente mientras ocurre el sueño,
mientras la persona siente una motivación, mientras
tiene una experiencia afectiva, pero nada del significado
de tal sustrato biológico o cómo se puede entender éste
y categorizar con sentido. Como el psicoanálisis es un
proceso y una teoría enfocados al entendimiento de los
significados latentes y de las verdades que determinan
la psique humana, tales hallazgos neurocientíficos son
irrelevantes a sus objetivos y práctica.
Aquí enfatizamos que el psicoanálisis debería estar
menos interesado que otros campos científicos en determinar
correlatos biológicos o físicos de la experiencia.
Mientras que en muchos otros campos las ciencias
se desarrollan con naturalidad moviéndose desde la
experiencia hacia el entendimiento de las bases físicas
de tal experiencia (p. ej. de la experiencia del agua al
entendimiento de las bases químicas del agua), para el
psicoanálisis tal desarrollo no produce su avance. Esto
por dos razones principales. En primer lugar, el tema del
psicoanálisis no es un fenómeno claramente definido.
PSIqUIATRíA UNIVERSITARIA | 107