Año 5, Vol. 5 - Nº 1 Marzo - Gaceta de Psiquiatría Universitaria

Los supuestos subyacentes
Para que sean válidas nuestras teorías psicoanalíticas
en relación a la memoria, no pueden contradecir
hechos conocidos relacionados con la mente. Por lo
tanto, si las neurociencias muestran que hay recuerdos
que no pueden ser recordados, entonces la teoría psicoanalítica
no puede sostener que sí pueden recordarse
y, consecuentemente, no puede desarrollar una teoría
clínica de curación basada en el rescate del recuerdo.
Además, fueron los métodos o técnicas neurocientíficas
los que pudieron distinguir entre ideas que podían ser
recordadas y otras que no, entre aquellas que podían
ser recordadas explícitamente y las que sólo podían
recordarse en forma implícita, y fueron estos métodos
los que revelaron las consecuencias terapéuticas de recordar
bajo las diferentes condiciones, de manera que
sería posible aplicar un proceso terapéutico más sensible
y eficiente. Con el avance tecnológico podríamos
esperar desarrollar tales métodos y técnicas.
Los problemas
1. El objeto del tratamiento analítico no es necesariamente
una “recordación” objetiva.
Los hallazgos neurocientíficos relacionados con la
memoria serán relevantes sólo para esos analistas
que sostienen que el recuerdo real de los hechos de
los eventos pasados es un objetivo principal del tratamiento
psicoanalítico. Éste es un asunto debatido.
Aparte de los casos en que existen muchas formas específicas
y masivas de traumas tempranos, dentro del
psicoanálisis domina una tendencia a mirar el recuerdo
de eventos en sí mismos, como teniendo una contribución
limitada al proceso analítico. Se ha argumentado
que, siguiendo el cambio de Freud de enfocarse
a la fantasía y la transferencia, dos tipos de procesos
relacionados llegaron a ser más significativos que el
recuerdo de los hechos per se:
a) El descubrimiento de las tendencias del paciente
a recordar en cierta forma las maneras
cómo los significados se adscriben y la dinámica
inconsciente que determina tal adscripción;
y b) la experiencia y comprensión en el
presente (en la transferencia) de los eventos
pasados o significados que no necesitan nunca
ser recordados en sí mismos [Caper, 1999,
p. 61; Feldman (internet); ver también Kris,
1956, p.55; Laplanche, 1992].
RACHEL B. BLASS Y zVI CARMELLI
Se puede ver que, al mirar los hallazgos neurocientíficos
como altamente relevantes al proceso analítico,
se está sustentando la dominancia de la posición que
plantea que el fenómeno del recuerdo ha sido siempre
crucial al proceso analítico (Pulver, 2003; Tutte, 2004;
Novell, 2000) y/o que el proceso analítico debe ser
modificado para acomodarse al hecho neurocientíficamente
probado de que el recuerdo no puede siempre
lograrse (Andrade, 2005). Es importante tener en
cuenta que la idea de que el recuerdo es central para
el psicoanálisis tradicional, no está avalada por ningún
hallazgo neurocientífico sino, más bien, es una consecuencia
de considerar que las neurociencias son de valor
para el psicoanálisis.
2. La posibilidad del recuerdo y sus consecuencias no
es específicamente un hallazgo neurocientífico.
La pregunta acerca de si los traumas pueden o no ser
recordados en forma explícita o implícita puede ser objeto
de un estudio empírico, pero tal estudio no pertenece
especialmente al campo de las neurociencias. Una
respuesta adecuada a esta pregunta requerirá un examen
de la frecuencia del recuerdo de traumas entre un
grupo de sujetos de quienes se sabe que lo sufrieron.
En forma alternativa, uno podría examinar si el recuerdo
de los traumas corresponde a situaciones reales y
también determinar las consecuencias terapéuticas de
tales recuerdos. En verdad, si se encontrara que pocos
traumas pueden recordarse, o demostrarse que pocos
son verídicos, tendría poco sentido esperar conseguir
tales recuerdos en el curso del análisis. El psicoanálisis
debería estar influenciado por tales hallazgos. De hecho,
el reconocimiento de Freud de esta situación determinó
su cambio hacia una teoría etiológica centrada
en la fantasía más que en un trauma externo. Sería un
error, sin embargo, mirar tales hechos empíricos como
neurocientíficos.
3. Los hallazgos neurocientíficos sólo pueden poner
de manifiesto el proceso biológico de las formas
de la memoria que ya han sido reconocidas como
tales de manera fenomenológica.
Los hallazgos neurocientíficos que son citados por los
analistas en el contexto del trauma y la memoria explican
cómo ciertos eventos que se olvidan, especialmente
eventos traumáticos, pudieron llegar a ser olvidados.
Por ejemplo, describen los diferentes centros del
cerebro y patrones seguidos por la memoria genérica,
episódica, asociativa y procedural. Sin embargo, esas
explicaciones de los procesos, patrones y mecanismos
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