Año 5, Vol. 5 - Nº 1 Marzo - Gaceta de Psiquiatría Universitaria

sología, etc. En cambio, cuando hay un predominio de
la posición depresiva recibirá la función del médico
como un acto reparatorio y le otorgará connotación
de cuidado.
De estas posibles significaciones se puede transitar
a actuaciones. Sobre todo en aquellas estructuras
débiles donde las posibilidades de análisis y reflexión
están claramente disminuidas. Se pueden suscitar así
algunos comportamientos impulsivos en relación con
los medicamentos, como son el abandono abrupto de
tratamiento, ingesta masiva de fármacos, intentos de
suicidio, etc.
Muchos pacientes tienen la fantasía de que el
analista no es capaz de contener ni tolerar los sentimientos
complicados que padecen. Entonces, recurrir
a los fármacos y a otro terapeuta puede ser interpretado
por el paciente como una manera de deshacerse
de ellos, y remover así complicados sentimientos de
abandono.
Los fármacos pueden también ser considerados un
“objeto transicional” lo cual implica un puente entre el
terapeuta y el paciente. Así como la madre y el pecho
no están disponibles permanentemente, el terapeuta
tampoco. En cambio el medicamento sí puede ser conservado,
lo que permite elaborar la ausencia, ayuda a
desarrollar la capacidad de espera, a tolerar la frustración
a re-unirse en la fantasía con la madre –terapeuta
que no está. A diferencia de las adicciones, donde la
droga no sirve para elaborar la ausencia del analista
sino para negarla.
También actitudes y conductas muy concretas en
torno a la medicación deben ser incluidas como material
de análisis. Es así como Powell (2001) destaca el
valor de preguntas sobre efectos colaterales y manejo
de fármacos, elección del momento en que los medicamentos
son tomados, modo de almacenamiento de
los fármacos. Todo esto nos proporcionará interesante
información de los dinamismos del paciente, no olvidando
que los medicamentos constituyen objetos
simbólicos.
La diversa gama de significaciones posibles además
va a estar muy determinada por la relación médico-paciente
y el despliegue transferencial en juego.
La significación de la medicación y los efectos transferenciales
serían diferentes según el momento en que
se inicia la farmacoterapia. Khan (1990) considera que
en los inicios del proceso psicoterapéutico los alcances
tienden a ser menores que en momentos posteriores,
ya que la constancia y fortalecimiento de la transferencia
aún no habría ocurrido, entonces los efectos de intrusión
de un tercero estarían minimizados.
LILIAN TUANE
transferencia
Con respecto a la transferencia, Garrido plantea: “En la
situación analítica debemos observar todos los sentimientos
y reacciones relacionados con la medicación,
como reacciones transferenciales al terapeuta, y observaremos
a los medicamentos como objetos simbólicos,
puesto que todo cuanto ocurra en la transferencia puede
ser interpretado y todo el material analítico adicional
que de allí surja podría facilitar más que retrasar el
tratamiento” (Pág. 1).
La farmacoterapia, en las diferentes condiciones,
ya sea en el tratamiento combinado o en la llamada
coterapia, genera una escisión de la transferencia. Este
fenómeno reviste particular interés y debe ser analizado.
Especial atención merecen las reacciones inmediatas
y espontáneas del paciente. Podremos escuchar
opiniones como las siguientes: “el otro terapeuta es
muy frío, mecánico y superficial y sólo se interesa en
los síntomas”, o por el contrario, tener la impresión de
un coterapeuta muy claro, comprensivo. En cualquiera
de estos casos es de suponer entran en juego aspectos
transferenciales que aún no han sido desplegados con
el analista.
Los diversos aspectos transferenciales no sólo son
desplegados en cada uno de los coterapeutas, sino
que en el fármaco en sí mismo. Por esta razón resulta
fundamental prestar atención a todo aquello que es
depositado en el fármaco y tenga relación con éste;
por ejemplo efectos secundarios, intolerancias, otorgamiento
de poderes especiales, etc. En los casos de los
tratamientos efectuados por un mismo terapeuta 3 , el
fármaco adquiere entonces especial relevancia.
No sólo se debe tener en cuenta la transferencia
sino también la contratransferencia, la que puede ocupar
un rol preponderante en la toma de decisiones con
respecto a la medicación. Es así como una rápida tendencia
a medicar puede deberse a una identificación
precipitada con el paciente, una pérdida de distancia,
donde el propósito sea aplacar los síntomas, mejor dicho
el dolor del paciente, por una dificultad de manejo
con el propio dolor. Entonces Fridlenderis y Levy hacen
la siguiente proposición: “Los clínicos deben monitorearse
en el acto de iniciar, retirar o cambiar un fármaco,
en la búsqueda de actuaciones transferenciales y
contratransferenciales infiltradas” (Pág. 43).
Brockman (1990) destaca la especial atención que
requiere la medicación en los pacientes limítrofes. Por
3 Tratamiento Combinado o también llamado Tratamiento
Integrado
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