Año 5, Vol. 5 - Nº 1 Marzo - Gaceta de Psiquiatría Universitaria

fancia …junto a nuestro propio deseo y desde la omnipotencia
pretender reparar en concreto su historia?
CONCLUSIÓN
Después de revisar algunos de los principales emergentes
de la coterapia, podemos ver que ésta y sus vicisitudes
determinan un escenario complejo. La inclusión de
un tercero, a través del psiquiatra y los medicamentos,
abre un campo donde entra en juego una serie de variables,
que toman un significado personal en cada caso
en particular. Se facilita así la aparición de dinamismos
del paciente. Tomar en cuenta todos estos movimientos
enriquece nuestra posibilidad de análisis. Todos sabemos
y hemos tenido la experiencia de cómo al incluir
más dimensiones del acontecer psicoterapéutico, junto
a las significaciones que el paciente les otorga, abre la
posibilidad de una mayor comprensión, de establecer
vínculos con sentido. Creo también que marginar del
análisis lo anterior empobrece, entorpece y distorsiona
la comprensión a cabalidad del paciente
Por otro lado, nos encontramos con todo aquello
que emerge de la relación entre los coterapeutas, esto
es: sentimientos, tensiones, conflictos, y cooperación,
entre otros. Cuando esta relación cumple con los requisitos
básicos, de respeto, receptividad, comunicación
y sintonía, ésta constituye una ventaja. Sobre todo en
aquellos casos complejos, donde se requiere de un fortalecimiento
del accionar terapéutico.
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UNA APROxIMACIÓN A LA COTERAPIA DESDE EL PSICOANÁLISIS
Cada uno de los puntos tratados aquí sucintamente
–significación personal de la medicación, transferencia,
triángulo terapéutico y relación entre coterapeutas–
son parte de una mirada particular de enfocar el tema
en cuestión. Sin lugar a duda existen otros ángulos de
análisis de la coterapia. Pienso que debemos hacer el
ejercicio de pensar en ellos, de modo que la coterapia
cada vez más se constituya en un tema pensado y considerado
en nuestro quehacer.
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