LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA EN CHILE ... - CIME/ICEM
LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA EN CHILE ... - CIME/ICEM
LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA EN CHILE ... - CIME/ICEM
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
LOS AÑOS ‘90, <strong>LA</strong>S NUEVAS G<strong>EN</strong>ERACIONES<br />
Además del Gema, varias otras iniciativas coinciden para que durante esta década<br />
comience -tímidamente primero, con mucha mayor fuerza después, una generalización<br />
del interés por la composición de música electroacústica en el país.<br />
Ciertamente un primer indicio es la relativa facilidad de acceso a material digital y<br />
computadores personales. En Chile, como en todo el mundo, los computadores comienzan<br />
a generalizarse, desarrollan una mayor potencia de cálculo y bajan de precio<br />
durante esta década, poniendo así mini laboratorios de electroacústica al alcance<br />
de compositores que de otra manera no habrían tenido, o se habría dificultado,<br />
acceso a el casi único laboratorio establecido. Por lo mismo, el impacto cuantitativo<br />
del Gema en el desarrollo de la electroacústica durante los noventa, es sustancialmente<br />
menor que el que habría tenido diez o veinte años antes, cuando la única posibilidad<br />
de desarrollar un trabajo musical asociado a la tecnología pasaba por un<br />
laboratorio institucional.<br />
Desde 1991 el Instituto de Música de la Universidad Católica comienza a organizar<br />
un festival anual de música contemporánea, dedicado principalmente a la<br />
difusión de obras de creadores nacionales. En este festival, que ya alcanza su XIV<br />
versión, se le da una cabida constante a la producción electroacústica chilena, sea<br />
en conciertos dedicados especialmente a ella, como durante el festival de 1996,<br />
donde aparecen obras de Edgardo Cantón (1963), Roque Rivas (1975), Ernesto Holman,<br />
José Miguel Candela (1968) y Mario Mora; o el festival de 1998 en que se<br />
programan obras de Asuar, Amenábar, Brnčić, Fernández, Morales y Felipe Otondo<br />
(1972); sea alternando obras instrumentales y electroacústicas. Política de programación<br />
que al parecer ha sido finalmente retenida. El festival ha sido y es un importantísimo<br />
aporte a la difusión del trabajo de los compositores nacionales, tanto jóvenes<br />
como ya consagrados, hacia un creciente nuevo público; y su realización cada<br />
noviembre, atrae una multitud de jóvenes que descubren o afianzan su interés por<br />
la música contemporánea. Por último, ha sido un buen barómetro de la creciente<br />
inclinación de las nuevas generaciones por la utilización de nuevas tecnologías en<br />
la composición musical, especialmente aquellas orientadas hacia la música mixta y<br />
los sistemas en tiempo real.<br />
También desde inicios de la década y coincidiendo con el restablecimiento de un<br />
régimen democrático en el país, los nuevos gobiernos comienzan a esbozar una política<br />
de desarrollo cultural creando programas de financiamiento de actividades<br />
culturales. El más importante de ellos para la creación musical, es el Fondo de De-<br />
78