LA MÚSICA ELECTROACÚSTICA EN CHILE ... - CIME/ICEM
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Si adicionamos esta última cifra con aquella de los compositores nacidos a partir<br />
de 1960 (ciento cincuenta), nos entrega un total de trescientas trece piezas, lo que<br />
deja sesenta obras a repartir entre los diecinueve compositores restantes, es decir,<br />
entre aquellos que no pertenecen a las nuevas generaciones ni a los cuatro compositores<br />
más arriba nombrados.<br />
En definitiva todas estas cifras solo nos ayudan a confirmar nuestra percepción<br />
del crecimiento que ha tenido la música electroacústica en estos últimos diez<br />
o quince años: estas nuevas generaciones ya conforman la mayoría de los compositores<br />
activos y, sumando su producción, esta ya llega a casi la mitad de las obras<br />
censadas. Un último dato que puede ser importante a la hora de reflexionar sobre<br />
el pasado y su proyección en lo que puede ser el futuro de la electroacústica chilena:<br />
de la generación de compositores nacidos en la década de 1950 (Alcalde, Antireno,<br />
Arenas, Cáceres, Carrasco, Cori, Cornejo, Guarello, Holmann, Martínez, Matthey<br />
y Vera), exceptuando Martínez y Cáceres, 92 todos componen menos de tres obras<br />
electroacústicas, convirtiéndose en la generación menos prolífica en cuanto al género.<br />
Esto puede explicarse, en cierta medida, en que se trata de la generación que<br />
realiza sus estudios musicales entre fines de los setentas e inicios de los ochenta,<br />
que si bien dispone en un principio del Laboratorio de Fonología Musical, una vez<br />
terminada su formación no encuentra lugar donde seguir profundizando en este<br />
género, a la excepción ya anotada de Martínez, que realiza prácticamente todos sus<br />
estudios en el extranjero, y de Cáceres, quien compone la mayor parte de su producción<br />
a partir de los años noventa, GEMA ya instalado de por medio.<br />
Esta situación da cuenta de la importancia de una infraestructura y de los apoyos<br />
institucionales para el desarrollo de la música electroacústica. Si bien los ordenadores<br />
han encontrado alojamiento en la mayoría de las casas de los compositores,<br />
sigue siendo de vital importancia que el trabajo allí realizado sea canalizado y presentado<br />
al público por medio de grabaciones y conciertos. Todo lo anterior supone<br />
la existencia de una infraestructura mínima en cuanto al material apropiado para<br />
la buena difusión en concierto de las obras, lo que requiere inversión; así como una<br />
disponibilidad de recursos económicos que sean asignados tanto a la creación, a la<br />
difusión como a la investigación en música electroacústica. En principio, pareciera<br />
que gracias a la existencia del Fondo de la Música, el problema del financiamiento<br />
estuviera en parte resuelto. Numerosos son los proyectos de creación, difusión,<br />
realización fonográfica y otras iniciativas que este fondo ha aprobado en los últi-<br />
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