Concierto - Diverdi
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Y el verbo se hizo carne<br />
antigua 196 / octubre 2010<br />
Garbarek y el Hilliard vuelven, doce años después,<br />
para firmar el Officium definitivo<br />
Basta con el soplido de Jan Garbarek y una simple<br />
octava del Hilliard Ensemble para que los muros<br />
de la capilla de St. Gerold desaparezcan de súbito<br />
dando paso a los círculos de bruma que se extienden<br />
por las cumbres austríacas. Más allá, está el infinito.<br />
Y es precisamente en ese infinito –una llanura<br />
glacial en Islandia–, donde el señor Eicher, al volante<br />
de su coche, es sorprendido por una revelación<br />
que cambiará la historia del disco. Dándole vueltas<br />
a la banda sonora de su película Hölozan, el<br />
creador de ECM tiene de repente la idea de juntar<br />
el saxofón de su amigo Jan con un grupo de voces<br />
a cappella. Esto sucedía a principios de los noventa.<br />
Hoy en día, con la sonoridad bien incrustada en<br />
el imaginario discófilo (y habiendo soportado estoicamente<br />
una ristra de incontables sucedáneos), no<br />
se nos antoja una elección especialmente excéntrica<br />
u osada, aunque si lo pensamos un segundo<br />
resulta difícil encontrar dos sonoridades más antagónicas:<br />
los saxofones de Garbarek, por un lado,<br />
son el paradigma de la improvisación; las cuatro<br />
voces masculinas del Hilliard, expresión suma de<br />
la primera organización pautada de la música occidental.<br />
Sorprendentemente, el experimento no<br />
sólo convence, sino que vende millones de copias.<br />
Y qué duda cabe que el primer Officium (1993)<br />
se ha convertido en un icono de la fonografía. Ni<br />
Eicher, ni Garbarek y el Hilliard podían esperarse<br />
un éxito semejante mientras planeaban el contenido<br />
específico de esta antología irrepetible: un<br />
par de piezas de Pérotin y Dufay, varias composiciones<br />
gregorianas, un puñado de anónimos checos,<br />
ingleses y húngaros del siglo XIV y para<br />
rematar, tres variaciones del hondísimo Parce mihi<br />
domine del Oficio de difuntos de Morales. La secuela<br />
de esta inmarcesible obra maestra, el álbum<br />
Sebastián Otálora<br />
doble Mnemosyne (1998), va mucho más allá en el<br />
planteamiento del programa, transgrediendo con<br />
afán ecuménico y pluralista todas las convenciones<br />
y expectativas del oído medio: cantos quechuas<br />
e iroqueses, melodías rusas y estonias, una pieza<br />
de Tallis, anónimos medievales franceses e ingleses<br />
y hasta un peán délfico del siglo II repletan un<br />
álbum enorme al que el propio Garbarek contribuía<br />
con un par de exuberantes tonadas.<br />
Ahora, doce años más tarde y con cientos de<br />
conciertos a sus espaldas, los Hilliard y Garbarek,<br />
quienes han aprendido a entenderse sin necesidad<br />
de abrir la boca, vuelven con un superior Officium<br />
Novum que dirige la mirada al oriente europeo: si<br />
Morales era el maestro de ceremonias de aquella<br />
primera aventura transmusical, es ahora Komitas<br />
Vardapet el guía de un apasionante viaje por el<br />
mapa ruso, balcánico y armenio que recala en las<br />
mejores estaciones de la liturgia ortodoxa.<br />
Cambiando neumas por melismas (Svjete tihij),<br />
iglesias por sinagogas (Dostoino est; Nur ein Weniges<br />
noch) y cerros bretones por estepas y olivares (Otche<br />
nash; Litany; Tres morillas), el saxofonista y los cuatro<br />
fantásticos del Hilliard vuelven a hacer una<br />
música mirífica y arrebatadora en la que ya no es<br />
posible distinguir entre lo improvisado y lo escrito.<br />
Es tal la compenetración entre las tesituras<br />
“El saxofonista y los cuatro fantásticos del Hilliard<br />
vuelven a hacer una música mirífica y<br />
arrebatadora en la que ya no es posible<br />
distinguir entre lo improvisado y lo escrito.”<br />
canoras y los lamentos del saxo que resulta incongruente<br />
seguir considerando a Garbarek como<br />
solista o “quinta voz” del conjunto ni arrimar el oído<br />
según el reparto de competencias original, pues el<br />
transformismo musical es completo: no hay aquí,<br />
como en los anteriores registros, una voz improvisadora<br />
y cuatro desplazadas sobre pentagrama,<br />
sino una conversación absolutamente fluida en la<br />
que el uno y los otros (o los otros y el uno) entran<br />
y salen con los ojos cerrados y el corazón palpitante.<br />
Semejante experiencia musical no puede describirse<br />
con palabras: hay que vivirla. Así que<br />
recuéstense, pónganse cómodos y prepárense para<br />
gozar de un disco como ningún otro.<br />
OFFICIUM NOVUM: Obras de Pérotin, Pärt, Komitas,<br />
Garbarek y anónimos<br />
Jan Garbarek, saxofones soprano y tenor. The Hilliard<br />
Ensemble / ECM RECORDS / Ref.: ECM 2125 (1 CD) P.V.P.:<br />
17,95 euros.-<br />
También disponible:<br />
OFFICIUM: Obras de Cristobal de Morales, Perotin, Pierre<br />
de la Rue, Guillaume Dufay y autores anónimos<br />
Jan Garbarek, saxofones. The Hilliard Ensemble / ECM<br />
RECORDS / Ref.: ECM 1525 (1 CD) P.V.P.: 19,95 euros.-<br />
El buen oficio del<br />
desconocido<br />
Obras sacras de Leonhard<br />
Paminger en Christophorus<br />
13<br />
Urko Sangroniz<br />
A pesar de que no ocupó ningún puesto de<br />
Kapellmeister, Leonhard Paminger fue uno de los<br />
compositores más prolíficos del siglo XVI, con<br />
más de 700 obras en su haber. Nacido en la localidad<br />
austríaca de Aschach an der Donau en 1495,<br />
estudió artes liberales en Viena y allí coincidió con<br />
Paul Hofhaimer y Ludwig Senfl, entre otros.<br />
Posteriormente se trasladó a Passau, donde residiría<br />
el resto de su vida, trabajando primero como<br />
maestro de escuela encargado de los coros en St.<br />
Nikola y como Rektor de la institución después.<br />
Con todo, la actividad musical no era lo único por<br />
lo que Paminger se sintió atraído, y en este sentido<br />
hay que mencionar su interés por las cuestiones<br />
teológicas relacionadas con la reforma<br />
protestante. Seguidor de la doctrina luterana, se<br />
estima que tal condición no influyó en su labor<br />
diaria en St. Nikola, ya que las autoridades de<br />
Passau en un principio se mostraron tolerantes<br />
con los reformistas. Sin embargo, esto cambió con<br />
posterioridad y todo indica que, debido a su doctrina,<br />
Paminger tuvo que abandonar el puesto de<br />
Rektor, pasando a ser secretario en 1557.<br />
En lo musical, la figura de Paminger destaca<br />
entre los primeros compositores luteranos por su<br />
estilo, mezcla entre las formas de componer de<br />
los maestros europeos y el proceder propiamente<br />
alemán. Dejando a un lado sus escasas incursiones<br />
en lo profano, la mayor parte de su producción la<br />
componen antífonas latinas, responsorios, salmos,<br />
himnos, etc. Tal variedad compositiva y el magisterio<br />
creador del autor quedan patentes en esta<br />
selección. La pureza de las voces del conjunto alemán<br />
Stimmwerck es el vehículo de expresión idóneo<br />
para estas obras. Hay que destacar el timbre<br />
puro y la emisión diáfana de sus falsetistas, apoyados<br />
en la redondez de sus voces graves. El resultado<br />
es un equilibrio natural muy apropiado y<br />
beneficioso para el sonido de grupo.<br />
LEONHARD PAMINGER (1495-1567): Obras vocales sacras<br />
(incluye una pieza de Sigismund Paminger)<br />
Stimmwerck / CHRISTOPHORUS / Ref.: CHR 77331 (1 CD)<br />
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