29.05.2013 Views

Concierto - Diverdi

Concierto - Diverdi

Concierto - Diverdi

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

William Walton<br />

52 di v e r di siglos XX & XXI<br />

Entente cordiale<br />

Excelentes versiones de la dos Sinfonías de William Walton<br />

por Owain Arwel Hughes y la Orchestre National de Lille, en BIS<br />

El mundo se hace cada vez más grande, también<br />

en la música. Circula por ahí una Primera de Elgar<br />

de referencia tocada por la Orquesta de la Radio<br />

de Flandes con Martyn Brabbins (Glossa) y ahora<br />

BIS propone las sinfonías de Walton por una<br />

orquesta francesa –la National de Lille dirigida<br />

con aplicación y buen sentido por Owain Arwel<br />

Hughes. Cosas de la vida y de los negocios y suerte<br />

para el aficionado esta de descubrir cómo viajan<br />

las músicas que se creían desde el primer<br />

momento de estricto consumo interno. Elgar fue,<br />

desde luego, bien británico, pero lo de Walton<br />

siempre tuvo otro cariz más cosmopolita. El autor<br />

de Façade vivió buena parte de su vida –tras sentar<br />

la cabeza con lady Susanna después de haber<br />

sido un pinturero– en Ischia, en uno de los lugares<br />

más bellos para crear de que haya dispuesto<br />

músico alguno. Esa unión de su origen y su destino<br />

asumido se ve muy bien en su música, en la<br />

luminosidad sobre la que irá creciendo, en la libertad<br />

de sus planteamientos. Una libertad, si se quiere,<br />

al revés de lo que suele entenderse cuando se<br />

piensa en la evolución de un creador a través de una<br />

hipotética dirección correcta. Walton abandonó<br />

una vanguardia más o menos continental y un<br />

mundo claramente británico, el de las excentricidades<br />

de los Sitwell, para vivir la vida plácida del<br />

creador respetable. Y, además, con una buena cuenta<br />

corriente.<br />

Dicho lo cual, y animando al lector a que indague<br />

en el personaje, habrá que señalar que la Primera<br />

(1931-1935) de Walton es una de las grandes sinfonías<br />

escritas en el Reino Unido en el siglo XX y que<br />

su primer movimiento es una obra maestra se mire<br />

como se mire –tampoco le va muy a la zaga el cuarto,<br />

compuesto once meses después de haber concluido<br />

el resto porque tenía por aquel entonces<br />

problemas serios con las mujeres. Ahí está, cómo<br />

no, la influencia de Sibelius y la de Nielsen –capitales<br />

para los sinfonistas de las Islas– pero hay<br />

t a m b i é n<br />

mucha personalidad.<br />

Y<br />

lo mismo en<br />

la también<br />

espléndida,<br />

por más que<br />

Pablo Batallán<br />

“La Primera de<br />

Walton es una<br />

de las grandes<br />

sinfonías<br />

escritas en el<br />

Reino Unido en<br />

el siglo XX y su<br />

primer<br />

movimiento es<br />

una obra<br />

maestra se<br />

mire como se<br />

mire.”<br />

diferente en sus planteamientos, Segunda (1957-<br />

1960) de muy distinto corte, menos retórica –la<br />

Primera, con sus logros, lo es, bien que en el mejor<br />

sentido– y muy afirmativa de lo que el autor creía<br />

ya entonces acerca de su música y de la música en<br />

general. Gran compositor este Walton que bien<br />

merece ser escuchado fuera de su ambiente y que<br />

enriquece el ya de por sí enorme caudal sinfónico<br />

del siglo pasado.<br />

WILLIAM WALTON (1902-1983): Sinfonias nº 1 y 2<br />

Orchestre National de Lille. Owain Arwel Hughes, director /<br />

BIS / Ref.: BIS SACD 1646 (1 SACD) D3<br />

Dulce pájaro de<br />

juventud<br />

Nuevas obras orquestales de<br />

Rautavaara en Ondine<br />

David Rodríguez Cerdán<br />

Hace un par de años el maestro de Helsinki estrenaba<br />

en disco un tríptico orquestal (Manhattan<br />

Trilogy, 2004) en el que encajaba sus años en<br />

Juilliard a base de manchas, como si la inspiración<br />

ya sólo le diera para manejar carbones en lugar de<br />

lápices. En su nuevo poema –A Tapestry of Life,<br />

2007–, Rautavaara no puede esconder las arrugas<br />

de la creatividad ni la parálisis artística que alcanza<br />

a algunos compositores en el invierno de la vida.<br />

Y es que la obra no es sino un cuadernito de encartes<br />

misceláneos. Así, el bello Stars Swarming se<br />

antoja otro de sus Van Goghs musicales: empieza<br />

derramando arpas y arpegios en forma de noche<br />

para luego desclavar unas estrellas con el pedregoso<br />

rota-tom. Halcyon Days es una elegía vaga como<br />

un nimbo en la que va requebrando un motivo para<br />

metales mientras unos túrbidos violines vuelan en<br />

lo alto. Sights and Tears cae en el esoterismo armónico,<br />

aunque al corno se le confían unas líneas<br />

enardecidas. El cuaderno se cierra con La última<br />

polonesa, donde aguando la pincelada el compositor<br />

logra desmaterializar con ingenio una danza alla<br />

polaca.<br />

En Before the Icons (1955/2005) –revisión para<br />

orquesta del pianístico Icons–, franqueamos el mismo<br />

territorio programático de los Cuadros de<br />

Mussorgski o los Vitrales de Respighi: cada una de<br />

las piezas “miniadas” tiene como correlato un icono.<br />

Rautavaara se inspira en la monodia para entintar<br />

y colorear una música de signo litúrgico<br />

abisagrada por tres preces modales y un Amen<br />

conclusivo. La mano de pintura y la multiplicación<br />

del pentagrama nos hacen olvidar su ascendencia<br />

pianística, aunque los intersticios de la<br />

orquestación delatan la línea neoclásica que gastaba<br />

en esa época, como sucede en el ibertiano<br />

allegretto de Two Village Saints o el coral Archangel<br />

Michael Fighting…, dotado de una sonoridad eclesial<br />

perfectamente stravinskiana.<br />

EINOJUHANI RAUTAVAARA (1928): Before the Icons; A<br />

Tapestry of Life<br />

Helsinki Philharmonic Orchestra. Leif Segerstam, director /<br />

ONDINE / Ref.: ODE 1149-2 (1 CD) D2

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!