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VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos

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ESCRITURA<br />

Teorema.-Seamos “hambrientos” © y “leprosos” (B) de/ante “la plenitud” (A).<br />

Seny.-A. U. de la Guardia civil.<br />

“Los radares están en los lugares con pocos accidentes, y deberían<br />

ubicarse en lugares de verdad peligrosos”. (La Gaceta, 7-11-010). “Nuestro<br />

gobierno nacido de una masacre terrorista ha basado toda su política de<br />

seguridad frente a las amenazas <strong>del</strong> terrorismo islámico en una patética<br />

negación <strong>del</strong> problema, como si la sumisión y el disimulo fuesen mejores armas<br />

para garantizar la seguridad colectiva”. (La Gaceta, 31-10-010).<br />

San Pablo mataba, perseguía la vida cristiana, la vida<br />

divina, el reino divino.<br />

“Hermanos: habéis oído hablar de mi conducta pasada<br />

en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de<br />

Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que<br />

muchos de mi raza, como partidario fanático de las<br />

tradiciones de mis antepasados”. (Gl 1). Todo pecado, o<br />

desorden, se cifra en una acción en contra de la<br />

familia divina en la tierra. Y no pocos piensan que el<br />

fanatismo, (propio <strong>del</strong> pecado que adora y sirve a ideas<br />

humanas) es la propia fi<strong>del</strong>idad propia de las almas<br />

pertenecientes a Dios.<br />

PADRES<br />

La vinculación de las almas, como cuerpo místico, a<br />

la persona de Jesucristo, nos vincula a toda la<br />

Trinidad. Sin esta idea primera y última todo se vuelve<br />

incomprensible.<br />

“Es imposible penetrar en el conocimiento de las<br />

Escrituras, si no se tiene previamente infundida en sí<br />

la fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y el<br />

fundamento de toda la Escritura. En efecto, mientras<br />

vivimos en el destierro lejos <strong>del</strong> Señor, la fe es el<br />

fundamento estable, la luz directora y la puerta de<br />

entrada de toda iluminación sobrenatural; ella ha de<br />

ser la medida de la sabiduría que se nos da de lo alto,<br />

para que nadie quiera saber más de lo que conviene,<br />

sino que nos estimemos moderadamente según la medida de<br />

la fe que Dios otorgó a cada uno”. (San Buenaventura,<br />

Opera Omnia, 5, 201).<br />

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