VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos
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HISTORIA<br />
Cuando la reconquista de Méjico se cifraba en construir<br />
y destruir los puentes a diario. Junio de 1521. En un<br />
momento empieza la rivalidad entre los soldados de<br />
Cortés y de Alvarado tratándose de llegar al centro. De<br />
hecho en un momento los de Alvarado contravienen las<br />
reglas y estuvieron a punto de perecer pues los<br />
mejicanos cedieron, ellos se adentraron, y por los<br />
pelos se salvaron.<br />
“Ya varias veces había sido posible tanto a Cortés como<br />
a Alvarado penetrar hasta el centro de la ciudad,<br />
sembrando el pavor en las filas enemigas, y estas<br />
hazañas habían estimulado cierta rivalidad entre las<br />
dos fuerzas españolas sobre cuál de ellas, la de Cortés<br />
o la de Alvarado iba a llegar primero al Tianquiztli o<br />
plaza <strong>del</strong> mercado, lo que para los españoles<br />
significaba el fin de la resistencia. Incapaz de ceder<br />
a la presión de sus soldados, Alvarado se dejó llevar a<br />
una operación temeraria, cebado por los mejicanos que<br />
simularon una retirada en desorden, y olvidando<br />
repetidas órdenes de Cortés de no dejar nunca en<br />
retaguardia ningún corte por rellenar. Súbitamente, se<br />
produjo el reflujo de la fuerza mejicana que arrojó a<br />
Alvarado y sus tropas hacia Tucuba; pero el camino por<br />
donde habían avanzado estaba cerrado y el único que<br />
quedaba conducía a un largo corte impasable, y que la<br />
tropa tuvo que atravesar a nado bajo los ataques<br />
encarnizados de un enjambre de canoas. Cinco españoles<br />
cayeron prisioneros vivos y perecieron víctimas<br />
ofrecidas a Utchilipochtli. Bernal Díaz se salvó de<br />
milagro”. (Salvador de Madariaga: Hernán Cortés,<br />
Austral, p. 441).<br />
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