VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos

las Escrituras debemos acercarnos sin otro bagaje que
la fe, al Padre de los astros, doblando las rodillas de
nuestro corazón, para que Él, por Su Hijo, en el
Espíritu Santo, nos dé el verdadero conocimiento de
Jesucristo y, con el conocimiento, el amor, para que
así, conociendo-Lo y amándo-Lo, fundamentados en la fe
y arraigados en la caridad, llegar al conocimiento
pleno y el amor extático de la santísima Trinidad; a
ello tienden los anhelos de los santos, en ello
consiste la plenitud y la perfección de todo lo bueno y
verdadero”. (San Buenaventura: Opera omnia, 5,201..).
ASCÉTICA
La humildad de reconocer la conveniencia de la ayuda
“¿Cuántos de nosotros hay con la suficiente humildad y
amor a Dios para dejarse ayudar espiritualmente por
otro? Y la Escritura dice: ¡”¡ay del que está solo!
Porque si cae ((y cae también sin saberlo)) no tendrá
quien le levante”, Eccl 4).
“¿Enajenación de la personalidad? Con todos los
respetos, el prejuicio en este caso no es serio. ¿Puede
alguno de nosotros pensar en serio que no necesita de
intermediarios para conocer la voluntad de Dios, su
propia miseria, los sutiles obstáculos que el enemigo
tiende en nuestro camino, el bosque que los pequeños
árboles nos impiden ver?” (Federico Suárez Verdaguer:
El sacerdote y su ministerio).
POESÍA
El pecado en cascada, de causa en causa.
“Sangrienta la quijada, que por ellas
Adán comenzó a ser inobediente,
Caín deja mil bocas en la frente
Del tierno Abel, para formar querellas”. (Lope de
Vega).
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