VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos
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TEOLOGÍA<br />
Teorema.-Seamos “hambrientos” © y “leprosos” (B) de/ante “la plenitud” (A).<br />
Seny.-“Ninguno de los tres partidos más relevantes de Andalucía se atreve a<br />
denunciar en público los elevados porcentajes de fraude que registra este<br />
sistema de subsidios agrícolas y los mecanismos con los que al mismo tiempo,<br />
fi<strong>del</strong>iza votantes”. (Época, nº 1330).<br />
1 Cor 15, 2 Tm 2, 18<br />
Parece que los corintios manejaron ya una<br />
resurrección espiritual ya según se confirma en este<br />
texto en líneas anteriores y se ve en los textos en sí<br />
mismos.<br />
“Ideas de este tipo se encuentran sin duda en el<br />
fondo de la negación corintia de la resurrección de los<br />
muertos. En contra de ello tiene que subrayar el<br />
Apóstol que la resurrección de los muertos, (en contra<br />
de ello tiene que subrayar el Apóstol que la<br />
resurrección) no es ahora meramente una promesa mística<br />
o existencial al cristiano (lo que, en definitiva, no<br />
significa nada: la fe sería vacía, v 17); más bien se<br />
trata de una promesa de futuro tanto <strong>del</strong> hombre como<br />
<strong>del</strong> cosmos y, en este sentido, una promesa a espacio,<br />
tiempo, materia. Historia y cosmos no permanecen junto<br />
al espíritu, para continuar corriendo hacia un eterno<br />
absurdo o hundirse en una nada sin sentido.<br />
Precisamente en la resurrección Dios se manifiesta como<br />
el Dios <strong>del</strong> cosmos y la historia. Desde este punto de<br />
vista en este texto y desde su situación específica se<br />
introducen en la profesión cristiana los aspectos<br />
temporales y cósmicos de la idea judía de resurrección,<br />
pero orientándose profundamente hacia la nueva<br />
estructura teológica y cristológica, en la que nada se<br />
cambia tampoco aquí por lo que a su sencillez íntima se<br />
refiere. Porque también ahora sigue siendo verdad que<br />
si los muertos no resucitan, entonces tampoco ha<br />
resucitado Cristo (v 16), o sea, que la resurrección de<br />
Cristo y la resurrección de los muertos no son dos<br />
realidades, sino una sola, que, en definitiva, no es<br />
otra cosa que verificación de la fe en Dios ante los<br />
ojos de la historia”. (J. Ratzinger: Escatología, II,<br />
5,II).<br />
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