VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos
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hombre tiene su voto para decidir quién haya de serlo y<br />
si sois el elegido para nada os va a hacer falta la<br />
vitela, porque no hay mayor fundamento para mandar que<br />
la voluntad de los que van a ser mandados”.<br />
“El bachiller Enciso –engreído y sin experiencia<br />
alguna- hubo de ceder pues no era la primera vez que en<br />
la Indias eran así nombrados los capitanes y también<br />
porque en su vanidad pensó que saldría elegido alcalde<br />
por la ciencia de las leyes. Pero en lugares tan<br />
apartados a los soldados se les da poco de leyes y más<br />
buscan a un capitán que sepa mandarlos en medio de tan<br />
grandes peligros como traen consigo esos negocios”.<br />
“Salió nombrado Núñez de Balboa y en cuanto a<br />
Enciso comenzó con sus enredos y correos a La Española,<br />
lo mandó encadenar y mandar preso para allá. Si todos<br />
lleváramos un profeta en ancas nunca nos<br />
equivocaríamos, pero equivocación y grande fue la de<br />
Núñez de Balboa dejándolo con vida. Este Enciso alcanzó<br />
a llegar a Sevilla y siendo en extremos rencoroso,<br />
desde aquel día y fecha comenzó a urdir contra Núñez de<br />
Balboa y con sus enredos contribuyó no poco a que años<br />
después tan gran conquistador resultara degollado en la<br />
plaza de Acla, acusado de traición. A Pizarro también<br />
se la guardó y consiguió que fuera encarcelado cuando<br />
le tocó viajar a Castilla para firmar las<br />
capitulaciones con el emperador”.<br />
“De todo ello sacó lección el marqués que decía<br />
que de la benevolencia <strong>del</strong> Enciso de no abandonar en<br />
una barquilla a Núñez de Balboa (que se había metido en<br />
su barco de polizonte) le vino la pérdida de su<br />
alcaldía mayor y que de la benevolencia de Núñez de<br />
Balboa con Enciso le vino muerte tan infamante. De<br />
manera, concluía, que no hay que ofender ni dañar a<br />
nadie y siempre tratar de resolver los negocios con<br />
llaneza, de no conseguirlo, nunca dejar a tus espaldas<br />
gentes que se dicen ofendidas”.<br />
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