VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos

HISTORIA
6.-La teorización del poder absoluto de Pio Moa ante
Iván el Terrible.
Teorema.-Seamos “habrientos” © y “leprosos” (B) de/ante “la plenitud” (A).
Seny.-“El dinero es finito y cuando las administraciones públicas gastan más
de lo que ingresan, necesitan financiarse, compitiendo con el resto de
agentes económicos para captar recursos financieros, que drenan del sector
productivo”. (La Cumbre del G-4: LA GACETA 19-12-010).
Pio Moa, tiene graves dificultades para comprende
el poder absoluto porque no tiene claro el concepto de
ley natural (y lo mismo le pasa a De Diego, y me temo
que a César Vidal y a Federico J. Los Santos). Por otro
lado no hay institución al margen de la Iglesia
Católica con este concepto. Y por los mismo al juzgar
sobre el absolutismo, no se sabe –como no sea con el
concepto de libertad popular- cómo lo pueden enhebrar.
La más clara voluntad absoluta es la de Mao –por
ejemplo- que afirma que él no tiene que dar cuentas a
nadie más que a su conciencia. Y de este mismo
absolutismo participan prácticamente todos los pueblos
democráticos. ¡La primera en la frente¡¡Que no tenéis
metro¡ ¡Que fuera de la unidad métrica no hay “salus”,
no hay solución¡ Y sin embargo es lo que reclamáis con
“desespero”. Veamos a Pío Moa columpiarse dentro de su
enorme trabajo y lucidez, y honradez. Se va a ensañar
con la autocracia de Iván. Pero la autocracia tampoco,
-puramente hablando como no sea con relación a la
democracia-, quiere decir nada injusto a no ser que no
convoca elecciones, supuestamente justas. Y como la
democracia tampoco implica justicia….
“El caso roso tiene su relevancia: Si Iván III había
afianzado la autocracia, su sucesor Iván IV, el
Terrible la reforzó sangrientamente sobre la oligarquía
(los hayardos). Este zar, contemporáneo de Carlos I y
de Felipe II (reinó de 154e7-1584), organizó un cuerpo
militar adicto en exclusiva a él, los strelsi, y
después los aprichiniki, especie de guardias
pretorianas (sus jefes también sufrieron castigos
brutales, y a veces se las considera un precedente de
la policía política de Stalin en el siglo XX). No por
ello dejó Iván de procurar la lealtad de una parte de
las oligarquías urbanas y de nobles menores, convocando
el primer Zemski Sobor, asamblea semejante a las Cortes
españolas; y organizó un concilio de la Iglesia
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