VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos
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MAGISTERIO<br />
Jescristo elige la jerarquía de la Iglesia.<br />
Pastores Gregis, exhortación postsinodal, 003. n.6.<br />
“El Señor llamó a hombres y mujeres para que lo<br />
siguieran y eligió entre sus discípulos a doce para que<br />
“estuvieran con Él”, Mc 3. El Evangelio según san Lucas<br />
precisa que Jesús hizo esta elección tras una noche de<br />
oración en el monte. El Evangelio según san Marcos por<br />
su parte parece calificar dicha acción de Jesús como<br />
una decisión soberana, un acto constitutivo que otorga<br />
identidad a los elegido: ”Instituyó Doce”, Mc 3. Se<br />
desvela así el misterio de la elección de los Doce; es<br />
un acto de amor querido libremente por Jesús en unión<br />
profunda con el Padre y con el Espíritu Santo”.<br />
“La misión confiada por Jesús a los Apóstoles debe<br />
durar hasta el fin <strong>del</strong> mundo ya que el Evangelio que se<br />
les encargó transmitir es la vida para la Iglesia de<br />
todos los tiempos. Precisamente por esto los Apóstoles<br />
se preocuparon de instituir sucesores, de modo que,<br />
como dice san Ireneo, se manifestara y conservara la<br />
tradición apostólica a través de los siglos”.<br />
“La especial efusión <strong>del</strong> Espíritu Santo que recibieron<br />
los Apóstoles por obra de Jesús resucitado, ellos la<br />
transmitieron a sus colaboradores con el gesto de la<br />
imposición de las manos. Éstos a su vez con el mismo<br />
gesto la transmitieron a otros y éstos último a otros<br />
más. De este modo el don espiritual de los comienzos ha<br />
llegado hasta nosotros mediante la imposición de las<br />
manos, es decir, la consagración episcopal que otorga<br />
la plenitud <strong>del</strong> sacramento <strong>del</strong> orden, el sumo<br />
sacerdocio, la totalidad <strong>del</strong> sagrado ministerio. Así a<br />
través de los Obispos y de los presbíteros que los<br />
ayudan el Señor aunque está sentado a la derecha de<br />
Dios Padre continúa estando presente entre los<br />
creyentes. En todo tiempo y lugar Él predica la palabra<br />
de Dios a todas las gentes, administra los sacramentos<br />
de la fe a los creyentes y dirige al mismo tiempo el<br />
pueblo <strong>del</strong> Nuevo Testamento en su peregrinación hacia<br />
la bienaventuranza eterna. El Buen Pastor no abandona a<br />
su rebaño sino que lo custodia y lo protege siempre<br />
mediante aquéllos que, en virtud de su participación<br />
ontológica en su vida y su misión, desarrollando de<br />
manera eminente y visible el papel de maestro, pastor y<br />
sacerdote, actúan en su nombre en el ejercicio de las<br />
funciones que comporta el ministerio pastoral y son<br />
constituidos como vicarios y embajadores suyos”.<br />
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