VI Domingo del Tiempo Ordinario, Ciclos A, B y C - Autores Catolicos

San Pablo va a Jerusalén para. confirmar la unidad de
la fe que predica.
“Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén.
Subí por una revelación. Les expuse el Evangelio que
predico a los gentiles, aunque en privado, a los más
representativos, por si acaso mis afanes de entonces o
de antes eran vanos. Con todo ni siquiera obligaron a
circuncidarse a mi compañero Tito, que era griego. Di
este paso por motivo de esos intrusos, de esos falsos
hermanos que se infiltraron para espiar la libertad que
tenemos en Cristo Jesús. (…) Los más representativos no
tuvieron nada que añadirme”. (Gl 1).
PADRES
La unión moral con Jesucristo ahora y siempre es la
finalidad de la Escritura.
“La finalidad o fruto de la S. E. tiene como objeto la
plenitud de la felicidad eterna, (…), contiene palabras
de vida eterna, puesto que se ha escrito no sólo para
que creamos, sino también para que alcancemos la vida
eterna, aquella vida en la cual veremos, amaremos y
serán saciados nuestros deseos”. (San Buenaventura:
Opera omnia 5, 201..).
ASCÉTICA
La fortaleza para ver la pequeñez moral
“Es posible que en el fondo de la resistencia a darnos
a conocer haya simplemente miedo. Miedo a que nos
conozcan como somos, miedo a perder prestigio ante los
demás, miedo a la santidad, miedo a quedar mal si
mostramos nuestras miserias. Miedo a penetrar en
nuestro interior, miedo a contemplar la falsedad de la
imagen que de nosotros mismos nos hemos creado, a
perder la independencia (¡un hombre entregado!), a
perder la vida, aunque ello suponga ganarla”. (Federico
Suárez: El sacerdote y su ministerio).
POESÍA
Abel sacrificado. Lope de Vega.
“Miró Dios soberano la pureza
Del corazón de Abel y el suyo aplica
Al ara en que el cordero sacrifica,
Que de su aprisco fue la mejor pieza”.
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