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Introducción al EML<br />
25<br />
Comentarios sobre los pasos<br />
del método<br />
Análisis de la participación<br />
Con el análisis de la participación se<br />
pretenden básicamente dos cosas. En<br />
primer lugar, se trata de tener una visión,<br />
lo más precisa posible, de la realidad<br />
social sobre la que el futuro<br />
proyecto pretende incidir. Muchas<br />
intervenciones de desarrollo fracasan,<br />
precisamente, por haber efectuado un<br />
diagnóstico excesivamente superficial<br />
del contexto en el que deben insertarse.<br />
Tendemos a pensar que los proyectos<br />
tienen éxito gracias a nuestras propias<br />
capacidades y subestimamos el marco<br />
en el que debemos actuar. Los gestores<br />
de proyectos pueden ser vistos, a veces,<br />
como actores en gira de provincias<br />
para quienes los beneficiarios no dejan<br />
de ser caras anónimas que, a la mañana<br />
siguiente, se olvidan. El problema es<br />
que los beneficiarios de un proyecto no<br />
son el público de una representación en<br />
la que nosotros actuamos, sino sus auténticos<br />
protagonistas y que es preciso<br />
asumir nuestro papel subsidiario (somos<br />
los que montamos los decorados y<br />
nos preocupamos de la iluminación). Si<br />
no lo hacemos, estamos ocupando un<br />
puesto que no nos corresponde y la<br />
función, por mucho entusiasmo y “saber<br />
hacer” que le pongamos, estará<br />
condenada al fracaso.<br />
Por lo tanto, el análisis de la participación<br />
debe pretender, antes que nada,<br />
establecer el “quién es quién” dentro<br />
de una realidad determinada. Para ello<br />
no es necesario contar con expertos<br />
consagrados ni elaborar un remedo de<br />
tesis doctoral. Se trata de realizar un<br />
diagnóstico liviano y, como siempre,<br />
de carácter operativo.<br />
Pero el análisis de la participación no<br />
consiste tan sólo en precisar ese “quién<br />
es quién”. Tan importante, o más, es<br />
determinar, dentro de los grupos<br />
identificados, el que debe acabar convirtiéndose<br />
en los beneficiarios directos<br />
del futuro proyecto de desarrollo.<br />
Por lo tanto, el análisis de la participación<br />
es una especie de diagnóstico focalizado,<br />
en el sentido de que se hace<br />
“desde un punto de vista” particular y<br />
explícito. Eso es algo que, por otra<br />
parte, ocurre en cualquier tipo de diagnóstico;<br />
la presunta objetividad de estos<br />
análisis no es más que otro mito<br />
tranquilizador.<br />
Evidentemente, la determinación de los<br />
presuntos beneficiarios es una decisión<br />
de tipo político, más que técnico. No<br />
hay ningún criterio técnico que pueda<br />
determinar quién o quiénes deben convertirse<br />
en beneficiarios de un proyecto.<br />
Muy a menudo, percibimos en el<br />
seno de las instituciones en las que trabajamos,<br />
resistencias a la hora de tomar<br />
decisiones que implican una determinada<br />
opción de carácter esencialmente<br />
político o, mejor dicho, lo que<br />
percibimos es una cierta resistencia a<br />
hacerlas explícitas.