“Todo viene ocurriendo de manera más sencilla ypromiscua: teoría y práctica, creación-reflexión, ocurrenensimismadas y juntas. Pero solemos privilegiar laajenitud <strong>del</strong> crítico y a este, asociado a mecanismosde poder. ¿Es realmente de ida y vuelta entre artistas ycríticos el proceso de intercambio o pasa por un discursola mayoría de las veces ya constituido (individual ocolectivo) al que se apela una y otra vez, debilitándoloen realidad?”1 9 curadores discuten su obra:Cuauhtémoc Medina, Cuadernode apuntes, http://cceba.org.ar/evento/taller.pl?id=462 Luis Gordillo: Escribir para elpúblico, “Artistas versus crítica”,http://www.noviembre.org/e-norte/html/index.php?name=News&file=article&sid=13233 Patrice Pavis: “Teatralidad”,Diccionario <strong>del</strong> teatro, Tomo2, Edición Revolucionaria, LaHabana, 1988, p. 468.4 Patrice Pavis: “Discurso”,Ob.cit., Tomo 1, p. 142.pena preguntarse si los críticos hoy gozan de lectores. Y,también, si gozan hoy los lectores con los críticos.La crítica es una práctica política, rica en subjetividad,generadora de espacios y nuevas relaciones, cuando poneel cuerpo, se arriesga, cuando hace ella también ficción.“El concepto (de teatralidad) tiene algo de mítico, de demasiadogeneral y hasta de idealista” sostiene Pavis. 3 Críticosy artistas generan teatralidad, a veces en una relacióncómplice. Otras viviendo uno en la cabeza <strong>del</strong> otro, absorbiéndosemutuamente, enriqueciéndose o empobreciéndose,u ordenando los varios tipos de conocimiento, tachando lapalabra autoridad y sobrescribiendo allí, autores.El discurso crítico construye metáforas, tiene presencia,cada vez cobra más valor la persona junto a su desempeño.“Hablar es actuar. El discurso teatral es autorrepresentaciónde sus mecanismos de construcción”. 4 Hay tensionesa la vista también entre el habla y lo innombrable, lo queel lenguaje no puede terminar de expresar.¿Y si emprendemos el camino contrario? Desdefiniendoteatralidad y discurso crítico, conservando las tensionescomo problemas que aseguran un terreno fértil, proclivea la aparición de zonas y recorridos a investigar, a sumardiscursos parciales, no totalizadores? Tensiones que nospermiten asistir a múltiples espacios que el discurso críticogenera, donde se pueden organizar los encuentros entre laspropuestas más radicales y desafiantes para los públicoscontemporáneos.El discurso diferenciado <strong>del</strong> crítico que estudia teatralidadesno uniformes en el contexto latinoamericano esuna virtud a conservar. Es responsabilidad de la crítica noarribar a la uniformidad sino preservar estas diferencias,hacerlas lo más visibles posible. Es un trabajo de edición,que nunca se cierra <strong>del</strong> todo, poco a poco las colaboracionesse agregan unas a otras y se da la posibilidad de trabajaren proyectos, en equipos de conocimiento, fortaleciendola idea de gremio, de colaboracionismo, entendiendo quese trata de una actividad creadora radical, que reformula ydistribuye los textos que produce… no necesariamente confinal feliz. Vivamos pues en estos territorios expandidos.Ocupemos los espacios, identifiquemos lugares dediscusión que generen ellos mismos teatralidad, queelijan aquella más frágil en apariencia para estudiarla noasegurándose el éxito ni la benevolencia. No usemos elteatro como material de inversión, no nos adornemos conél. Pensemos en las poéticas <strong>del</strong> discurso crítico comopensamos en las <strong>del</strong> teatro.24 CUADERNOS DE PICADERO
Problemas de la crítica teatral.Tensión entre teatralidady discurso críticoPor ANA SEOANE / ArgentinaPrimero habría que poner un punto de encuentro paradecidir qué definición de teatralidad se va a usar. Desde1931 Antonin Artaud se cuestionó la falta de teatralidadque tenían a su juicio los espectáculos de Occidente, frenteal despliegue que realizaban las propuestas llegadas deOriente. Su análisis provenía de haber visto en la ExposiciónColonial de París a los bailarines de la Isla de Bali. Mástarde, en 1964, Roland Barthes usó el término de teatralidadcomo “espesura de signos” y muchos otros investigadoressiguieron este mismo camino, desde Anne Ubersfeld, PatricePavis hasta Josette Feral.Hoy cuando un crítico teatral analiza un espectáculo esconsciente que debe tener en cuenta cada uno de estoslenguajes que conformarán la célebre espesura de signos.Es también la obligación <strong>del</strong> verdadero especialista paraque el lector, oyente o receptor de su crítica –más allá <strong>del</strong>medio que utilice– sea guiado en esta permanente aventura.Pero las sensibilidades difieren y habrá quien priorice lamúsica sobre la escenografía, o quien esté más atento a lailuminación que a un diseño de vestuario.Desde las primeras vanguardias históricas el arte –y el teatroforma parte de él– surgió la pregunta si existían límites.Desde 1916 con el célebre mingitorio de Marcel Duchamp(Fountain), todo objeto puede ser considerado como obraartística. El siglo xx derribó con todas las paredes <strong>del</strong> teatrotradicional. Hoy a nadie se le ocurriría analizar una propuestaescénica con la Poética de Aristóteles mal traducida bajoel brazo, como se hizo durante siglos y no sólo en Europa.TEATRO & CRÍTICA25