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En una de las entrevistas a un grupo de jóvenes que asisten a una escuela de bertsolaris 164 , una<br />
de ellas narra su experiencia, que ocurrió cuando tenían 13 o 14 años, y que compartió con jóvenes<br />
chicos; ella misma hace hincapié, aspecto que ya se ha señalado anteriormente, en lo difícil que<br />
es que chicas y chicos compartan juegos y amistades a esa edad, dado que los comportamientos<br />
diferenciados de género están muy marcados. Así, no podían ser amigos fuera del marco de la<br />
bertsoeskola, pero dentro la cosa era muy distinta. Ese espacio les permitía una forma de relación<br />
intersexos que no se da fácilmente en otros espacios convencionales como el educativo:<br />
Barre, eske egiten genuen barre bertsoeskolan. Barre, eske, puff, oso intentsua da bertsoeskolako<br />
esperientzia. Baina bertsoeskolan entitate bat zen, osea, bagenun konplizidade bat. Joe, zenbat<br />
burla egin diogun elkarreri bertsoeskolan! Konfiantza bat eduki behar da horretarako, nahiz eta<br />
gero eskolan elkar ikusten genuen, eta iepe-iepe, ia-ia, e. Eta hori niretzako bazan zerbait polita,<br />
ze zu konbertsazio baten adarra jotzia edo bertsotan adarra jotzea, salto kualitatibo bat dago.<br />
Ez dakit zergatik, magia horregatik. Batez ere gainera bertsolariarten, denak bertsolari izanda,<br />
apreziatzeko gai garenean, ostra, nola okurritu zaio hori! Ostia, ze lotura egin du! Apreziatzen<br />
duzu bere alde formaletik, alde teknikotik, eta aparte fondoko komunikazio ikuspegitik ere.<br />
Ze barre egiten nuen asko, eta gozatu, gozatu egin nuen bertsolaritzekin. Gehiago gozatu bertsoeskolan<br />
saioetan baiño. (Grupo bertsolaris, 17 años, GX-1) 165 .<br />
Lo que resalta esta joven, además de lo divertido que era y las risas que hacían, es el descubrimiento<br />
de poder establecer formas de relación distintas de las que tienen que mantener con el otro<br />
sexo en la vida cotidiana. Insiste en lo que significó poder tener una relación que ella califica de<br />
“mágica”, en la que se pasaba a otro nivel, al juego y al reconocimiento, a una especie de “como<br />
si” en el que sucede un salto cualitativo: “Ze konbertsazio baten adarra jotzea edo bertsotan adarra<br />
jotzea, salto kualitatibo bat dago” 166 , hacerse bromas, tomarse el pelo, pero todo en el nivel de la<br />
improvisación que implica la producción de los versos; algo mágico y a la vez una práctica en la<br />
que se reconocen entre ellas y ellos por lo que hacen, por lo que cantan, tanto en el sentido creativo<br />
como en los niveles formales y técnicos.<br />
Esa manera de “hablarse” de igual a igual, en el que la broma y la ironía están presentes, no se<br />
encuentra fácilmente en otros ambientes y menos en la adolescencia. El que exista esta posibilidad<br />
de una comunicación libre de convenciones y estereotipos que cumplir entre los sexos es muy interesante,<br />
porque permite vislumbrar la posibilidad de cambios en las relaciones de género, siempre<br />
que se den las condiciones estructurales y culturales adecuadas. La experiencia que cuentan estos<br />
y estas jóvenes ha marcado para siempre su vida, ya que descubrieron en esa experiencia una nueva<br />
forma de entender la amistad y las relaciones entre las personas; tienen su cuadrilla de siempre y<br />
continúan siendo sus amigas, pero se abrieron para ellos y ellas puertas que ya no se han cerrado:<br />
164 Se ha tratado el tema específico del bertsolarismo en otro apartado de esta publicación.<br />
165 Risas, es que en la bertsoeskola nos reíamos. Risas, es que, puff, la experiencia de la bertsoeskola era muy intensa.<br />
Pero en la bertsoeskola era una entidad, o sea, teníamos una complicidad. Joe, ¡cuánto nos hemos burlado<br />
mutuamente en la bertsoeskola! Hay que tener confianza para eso, aunque luego nos veíamos en el cole y casi<br />
casi nos limitábamos a saludarnos con un iepe-iepe. Y para mí eso era algo bonito, porque tomar el pelo en una<br />
conversación o cantando bertsos, ahí hay un salto cualitativo. No sé por qué, por esa magia. Además sobre todo<br />
entre quienes éramos bertsolaris, cuando somos capaces de apreciarlo: “¡ostras, cómo se le ha ocurrido eso! ¡ostia,<br />
menuda conexión ha hecho!” Lo aprecias desde su aspecto formal, su aspecto técnico, y también en el fondo por<br />
su carácter comunicativo. Porque nos reíamos mucho, he disfrutado mucho con el bertsolarismo. He disfrutado<br />
más en la bertsoeskola que en las propias actuaciones. (Grupo bertsolaris, 17 años, GX-1).<br />
166 “Porque tomar el pelo en una conversación o cantando bertsos, ahí hay un salto cualitativo”<br />
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